Recibir productos de una de las marcas más importantes del mundo, como Chanel Beauty, es una de las mejores ventajas de ser directora editorial. Créeme, lo sé y no me tomo ese privilegio a la ligera. Es el unboxing definitivo, en especial para alguien como yo, quien debe admitir –aunque no le gusta reconocerlo– que varias veces a la semana se desvela viendo #makeuphacks en TikTok. ¡Pésimo, lo reconozco!
A pesar de mi inocente adicción, no me definiría necesariamente como una makeup girly, pero sí como una skincare lover. Mi kit de maquillaje es bastante demure y muy poco aventurero. Mi estilo rara vez varía, y todos los días intento replicar algo que internet definió como good girl makeup, tendencia que se basa en una piel luminosa, mejillas sonrosadas, cejas definidas y labios con tonos cálidos y terrosos. Básicamente, soy otra Hailey Bieber wannabe que a veces se arriesga con un cat-eye estilo Alexa Chung.
Mi búsqueda constante es el skincare. No importa cuántos favoritos tenga: quiero más. Me gusta rotar, porque mi teoría es que la piel se acostumbra rápido y a veces es necesario regresar a ese punch inicial. Mi rutina, además, cambia drásticamente dependiendo de la estación y mi nivel de estrés… pero esa es una historia para otro momento.
Por eso, cuando abrí la icónica envoltura de la marca francesa, me alegré tanto (literal, pegué un grito. ¿Hay algo mejor que recibir algo de Chanel?) porque venían cuatro productos que aún no había testeado.
Cuando cumplí 17 años, mi mamá me regaló maquillaje Chanel y debo admitir que me hizo sentir adulta. Pronto entraría a la universidad y sacar de mi mochila un labial con el logotipo de doble “C” me haría sentir como Blair Waldorf en Gossip Girl.
En la actualidad, hay dos productos que se volvieron imprescindibles: el tinte a base de agua Les Beiges Water-Fresh Complexion Touch, para un glow instantáneo, y el ultra hidratante Rouge Coco Flash 116 Easy, a mi parecer el color perfecto si quieres ese look tipo Jane Birkin.
Jamás había probado Le Rouge Duo Ultra Tenue y es verdad que es el dúo perfecto para unos labios efecto espejo de larga duración. El packaging es todo. Por un lado, una barra de labios líquida e intensa. Por el otro, un gloss transparente y confortable.
Cuando me lo puse por primera vez, la directora creativa de la revista, Macarena Badilla, me dijo: “¡Qué linda estás hoy!”. ¿El cambio? Este labial completamente infalible, que efectivamente tiene una duración de 8 horas porque, después de una sesión de fotos de portada eterna, seguía ahí. Recuerda aplicar la barra de labios líquida, dejarla secar unos breves instantes y luego aplicar el brillo.
La que quiere un labial hidratante que no la abandone a mitad del día. La que necesita algo infalible para reuniones o eventos. La que ama verse impecable sin tener que reaplicar cada dos horas. Y también la que entiende que el color correcto –que va desde el nude hasta el rojo vibrante– puede levantar el ánimo y hasta provocar halagos en la oficina.
Como muchas mujeres, cuando me siento cansada recurro a un truco simple, pero efectivo: máscara de pestañas. Es increíble cómo abre la mirada y te hace ver más despierta al instante. Aun así, no la uso todos los díasporque detesto el momento de sacármela, y tengo la fortuna de tener pestañas relativamente largas.
Pero Le Volume de Chanel es otra historia. Desde la primera aplicación noté una diferencia: las pestañas se multiplican sin formar grumos. Vale cada peso –lo dice una persona que creía que las máscaras de pestañas de farmacia eran tan buenas como las de alta gama y jamás había invertido en una de lujo–. El cepillo – desarrollado exclusivamente para Chanel– es mágico. Si tienes las pestañas cortas, buscas definición, volumen y ese toque de drama… te encantará.
De los cuatro productos, este fue el que mis amigas decidieron probar cuando me vieron. Una por una, usaron Le Volume de Chanel y el efecto fue el mismo: ojos más grandes. Y sí, ahora también lo tienen en su kit. El resultado es homogéneo y aporta volumen sin apelmazarse. Además, el tubo es muy elegante. El pigmento negro es intenso y consigues el efecto con dos capas. ¿Lo otro? La fórmula es de secado rápido.
La que quiere una mirada despierta en segundos. La que no tiene tiempo (ni paciencia) para pestañas postizas, pero quiere ese efecto wow. La que alguna vez creyó que todas las máscaras eran iguales. Y también la que ama compartir sus descubrimientos con sus amigas… aunque después todas terminen comprándosela.
Ligeras y frescas son las dos primeras palabras que se me vienen a la cabeza cuando pienso en Éclat Premier Bright Milky Essence. Este es mi nuevo producto favorito, sin dudas. Está diseñado para prevenir y corregir las manchas oscuras, gracias al extracto de primera flor y la niacinamida pura. Totalmente redefinió la textura de mi piel, que necesitaba ayuda con el agotamiento de mitad de año.
La textura es láctea, así que es extra agradable y se absorbe al instante. Aunque el primer paso de la rutina es La Mousse, que limpia y purifica la piel. Se utiliza muy poquito, porque cuando entra en contacto con el agua, la crema se transforma en una generosa espuma. La piel no queda tirante. Al contrario: se siente purificada y suave. Es el ritual que necesitaba cada mañana y noche para estar c’est chic.
La que quiere ver su piel revivir después de días difíciles. La que necesita un boost de luminosidad sin complicarse con mil pasos. Este dúo te hace sentir un poquito más tú, pero en tu mejor versión.
