El 18 de agosto de 2024, Europa perdió a uno de sus mitos más magnéticos: Alain Delon. Un año después, su figura sigue intacta en la memoria cinéfila. Ícono de la belleza masculina, rostro de un cine francés que mezclaba elegancia, ambigüedad y peligro, Delon fue mucho más que un galán: fue un espejo de la modernidad y de la fragilidad que definió a toda una generación.
Recordarlo hoy es revisitar un puñado de películas que lo hicieron eterno. Cinco obras que capturan distintas facetas de su carrera y que nos recuerdan por qué sigue siendo un referente imposible de replicar.
La adaptación de René Clément de la novela de Patricia Highsmith fue el pasaporte al estrellato. Delon encarna a Tom Ripley con un magnetismo perturbador: joven, bello y tan amoral como irresistible. Fue la película que le dio al mundo al primer vistazo de su poder hipnótico.
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Dirigida por Michelangelo Antonioni, este clásico del cine moderno europeo lo emparejó con Monica Vitti. La relación entre sus personajes es el reflejo del vacío existencial de los años sesenta, y la presencia de Delon, elegante y distante, se volvió parte del lenguaje visual de toda una época.
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En la obra maestra de Luchino Visconti, Delon brilla como Tancredi, joven noble en un mundo que se transforma. Junto a Burt Lancaster y Claudia Cardinale, su interpretación encarna el choque entre tradición y modernidad. Para muchos, el famoso vals en Palermo es una de las escenas más bellas de la historia del cine.
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Jean-Pierre Melville llevó al extremo la estética Delon: frío, minimalista, enigmático. Como Jef Costello, un asesino a sueldo que vive bajo un código propio, definió un arquetipo que influenció desde Scorsese hasta Wong Kar-wai. Un personaje casi mudo que dice todo con una mirada.
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Otra colaboración con Visconti, en la que Delon se aleja del estereotipo del playboy para dar vida a Rocco, un joven marcado por la bondad y el sacrificio. Su vulnerabilidad aquí muestra la amplitud de su talento, capaz de conmover tanto como de seducir.
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Delon fue mito, belleza y misterio. A un año de su partida, su filmografía nos recuerda que no hay actor que haya encarnado con tanta intensidad la contradicción entre luz y sombra. Redescubrir sus películas hoy es un recordatorio de que algunas estrellas nunca dejan de brillar.
