Revista Velvet | 8 Consejos para padres con niños sonámbulos
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8 Consejos para padres con niños sonámbulos

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8 Consejos para padres con niños sonámbulos

POR equipo velvet | 11 junio 2021

El sonambulismo es una alteración del sueño que suele presentarse durante la primera fase de su intento. Es decir, cuando recién estamos contando las primeras ovejas. Y para María Andrea Quintero, psicóloga infantil, “se trata de episodios en los que el niño se levanta de la cama con la mirada fija y en blanco, y camina sin ser consciente de lo que está haciendo o de aquello que le rodea. Aunque permanezca con los ojos abiertos, pueda hablar o responder preguntas sencillas, el menor no está conectado cerebralmente con lo que está sucediendo”. 

Pese a que se desconoce el origen biológico del sonambulismo, se cree que puede estar determinado por la inmadurez en el desarrollo u ocasionado por alteraciones en el sistema nervioso central del niño. Pero por otro lado, existe un factor hereditario que podría ser el culpable.

¿Es una enfermedad? 

La psicóloga infantil aclara que el sonambulismo no es una enfermedad, sino que se trata de un trastorno del sueño que puede prolongarse incluso por más de media hora, donde “el sonámbulo puede realizar tareas complejas como abrir puertas, sacar alimentos del refrigerador, comer e incluso salir de la casa. En otros casos, el niño sólo se sienta en su cama y se vuelve a dormir”.

Actualmente, las alteraciones del sueño en la población infantil son recurrentes entre los niños de 3 a 10 años. “Desde mi óptica profesional hay una alta incidencia en la exposición del niño a aparatos electrónicos (tablets, videojuegos, teléfonos móviles o televisión) previa a las horas de sueño, influyendo en lograr un sueño verdaderamente reparador. El cerebro del niño se encuentra sobreestimulado, circunstancia que le imposibilita consolidar un sueño profundo”, explica. 

Recomendaciones frente al sonambulismo

  1. Establecer horarios regulares de sueño con el objetivo de garantizar un descanso reparador y un crecimiento esperado. Es fundamental que un niño duerma entre 9 y 12 horas diarias.
  2. Desarrollar rutinas tranquilas previas al sueño. Una hora antes de iniciar el proceso de descanso, es de gran ayuda establecer situaciones relajantes como baños de agua tibia o masajes. Así también, acompañar el proceso con lectura de cuentos.
  3. Cuidar la dieta. Los niños no deben consumir alimentos de alto contenido de azúcares o cafeína, ya que pueden ocasionar alteraciones o malestar en el proceso de sueño.
  4. Disminuir el uso de tecnología. Es vital para establecer un buen descanso disminuir el uso de videojuegos o elementos que representen alta carga de actividad competitiva. Estos podrían causar estrés, ansiedad e irritabilidad en el niño.
  5. Garantizar su seguridad. Se deben adoptar medidas para evitar situaciones de riesgo para el pequeño sonámbulo, como caídas o incluso salidas de la casa durante un episodio. Es por esto que guardar llaves, mantener la puerta y ventanas cerradas ayudarán a evitar accidentes, lesiones y sustos.
  6. Retorno del niño/a la cama. Durante un episodio de sonambulismo es necesario conducir al niño de nuevo a su cama de forma calmada para continuar el curso del sueño. Idealmente no hay que despertarlo.
  7. Evitar burlas o retos al día siguiente. Ojalá no tratar el tema si es que el niño se pone muy nervioso o ansioso, ya que es muy probable que no recuerde lo sucedido, ya que en un episodio de sonambulismo no tiene control sobre él y sus acciones.
  8. Por último, si los episodios se tornan muy frecuentes y provocan que el niño se encuentre somnoliento o cansado durante su rutina diaria, es necesario consultar a su médico especialista.

 

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