Si se bebe algo más de una copa en una noche de salida con los amigos o una fiesta, uno sabe que el futuro más cercano puede ser la bien conocida “caña”. Sin embargo, no a todos les pasa y a algunos les dura más que a otros afortunadamente. En la previa de Año Nuevo, te decimos cómo aliviar aquellos síntomas tan poco amables.
A veces los efectos de una noche de alcohol duran algo más que la maña siguiente, y con el paso de los años, resistir aquella indeseable resaca puede requerir algo más de ayuda. Y los expertos parten de la base que esta variación de tiempo depende de muchas cosas, entre ellas, el organismo.
Es el hígado quien se encarga de procesar todo el alcohol que bebes. Pero si la persona toma más de lo que su cuerpo soporta o el hígado no está trabajando como debería, entonces le tomará más tiempo procesarlo. De ahí que algunas resacas duren más tiempo que otras.
No tomaste agua suficiente
El alcohol tiene un efecto diurético, y beber mucho lo potencia. Por lo tanto, al beber alcohol te deshidratas, más aún si vomitas o sufres de una diarrea. Y si a esto se le suma la pérdida de minerales, la velocidad con la que tu cuerpo se desintoxica se ve afectada. Por lo mismo, estar hidratada es clave y los expertos sugieren alternar un vaso de alcohol con un de agua. Así como debes tomar agua antes de acostarte y al día siguiente.
Dormiste mal
Dormir bien puede ayudarte a la mañana siguiente. Por el contrario, haber tenido un mal sueño también ralentizará el proceso. Cuanto más bebas, peor dormirás, y al día siguiente peor te sentirás.
El tipo de alcohol que bebiste
Los congéneres son agentes de aderezo o subproductos de la fermentación del alcohol y están conectados directamente con las resacas. Y, según los expertos, aquellos congéneres de licores oscuros podrían estar relacionados con una “caña” más larga. En esta categoría aparecen el whisky, el ron, el vino tinto y el brandy. Por lo mismo, sugieren preferir vino blanco, vodka o gin.
La edad juega en contra
Si estás en tus 20 la capacidad de neutralizar el alcohol es muy diferente a cuando tienes 40, incluso a los 30. A medida que envejecemos, las células también lo hacen, y ya no son capaces de procesar las toxinas como lo hacían antes. Así que las mismas tres copas que tomabas en la universidad, no tienen el mismo efecto 10 años después.
Eres intolerante a algo y no lo sabes
Muchas personas tienen sensibilidad a ciertos alimentos o sustancias, y no lo saben. La cerveza, por ejemplo, está hecha con cebada y lúpulo, es decir, gluten. Los combinados pueden tener un nivel de azúcar muy alto, y el vino sulfitos. Todas cosas a las que puedes ser intolerante, lo que incrementa la intensidad de la resaca.
Beber con el estómago vacío
El alcohol puede irritar el revestimiento de tu estómago, lo que puede provocar una resaca con náuseas, dolor abdominal o vómitos. La bebida también puede afectar a tu nivel de azúcar en sangre y después hacerlo caer. Por ello, no tener comida en tu estómago puede provocar que estos niveles se disparen de forma más drástica. La sugerencia es siempre comer algo relativamente sustancioso para que reduzca la absorción de alcohol.
Estar con la regla
El cuerpo ya está bajo estrés durante el periodo menstrual, y como el alcohol te deshidrata, puede agotar tu energía todavía más. Cuando estás con la regla debes vigilar lo que comes y bebes.
Estás tomando medicamentos
Muchos medicamentos los metabolizan el hígado y los riñones, los mismos órganos que descomponen el alcohol. Por lo tanto, la combinación de remedios y alcohol no solo puede hacer que trabajen horas extra, sino también que no lo hagan de la mejor manera.
El paracetamol, los antidepresivos, medicamentos para el colesterol o la presión sanguínea son con los que se debe tener un cuidado especial. Los antibióticos también pueden afectar a cómo procesa el alcohol tu cuerpo.
En la previa, muy simple, tomar agua y comer bien. Luego, 1 copa, 1 vaso de agua. Y antes de irte a dormir tómate tres vasos de agua.
Si olvidaste lo anterior, entonces intenta lo siguiente:
Lo primero y más importante es hidratarse. La resaca es consecuencia de la deshidratación, por lo que es esencial beber suficientes líquidos para reponer los perdidos. Ahora bien, bebe agua o jugos naturales, pero las gaseosas quedan fuera de la lista de hidratantes.
Otro remedio efectivo para la resaca es el consumo de alimentos ricos en vitamina B y potasio. La primera ayuda a reponer los niveles de energía y el potasio ayuda a mantener una buena hidratación, además de controlar el dolor de cabeza. Algunos alimentos son el plátano, la palta, espinacas y papas.
El descanso es esencial en el proceso de recuperación. Después de una noche de excesos, el cuerpo necesita tiempo para recuperarse y recargar sus energías. Y la mejor alternativa es el sueño.
Por último, evita la comida chatarra. Sabemos que se te antoja una hamburguesa, pero son esos alimentos los que tienes que evitar.