Revista Velvet | Trevor Rees-Jones: el único sobreviviente del accidente donde murió la Princesa Diana
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Trevor Rees-Jones: el único sobreviviente del accidente donde murió la Princesa Diana

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Trevor Rees-Jones: el único sobreviviente del accidente donde murió la Princesa Diana

POR Carlos Loyola Lobo | 30 agosto 2022

Mañana, 31 de agosto se cumplirán 25 años desde la muerte de la Princesa Diana en un accidente de tránsito que solo tuvo un sobreviviente: Trevor Rees-Jones. Trevor tenía 29 años cuando trabajaba como guardaespaldas y estaba en el vehículo que transportaba a Diana, a Dodi al Fayed, y a Henri Paul, el conductor del auto que quedó destruido.

El guardaespaldas británico fue el único sobreviviente del accidente bajo el Pont de l’Alma en París, lugar en el que el Mercedes negro que los transportaba chocó con un pilar en medio de una persecución de paparazzis que buscaban una foto de la princesa. La vida de Trevor Rees-Jones cambió para siempre luego de ese accidente, del que poco recordaba y del que aún tiene secuelas.

La madrugada del 31 de agosto de 1997 será inolvidable para el mundo. Ese día la princesa Diana salió del hotel Ritz de París junto a su pareja en ese momento, Dodi al Fayed; Henri Paul, el conductor; y Trevor Rees-Jones, su guardaespaldas. Una persecución de paparazzis terminó con su vida en un brutal accidente que destruyó por completo el auto Mercedes en el que se movilizaba, pero cuyo airbag salvó la vida de Trevor. Esa noche, Trevor Rees-Jones usó cinturón de seguridad y el airbag con el que chocó le salvó la vida, aunque no fue fácil lograr salir vivo del lugar. Trevor sufrió las consecuencias del accidente en su rostro, cuyos huesos se rompieron por completo y fue reconstruido por 150 placas de titanio que los médicos pusieron basándose en una fotografía de él.

Rees-Jones sufrió heridas en el pecho y en el resto de su cuerpo, pero sin duda lo más terrible para él y quienes esperaban su versión del accidente, Trevor perdió sus recuerdos esa noche. Permaneció en cuidados intensivos mientras se mantenía convalesciente de la cirugía facial que implicó 10 horas en pabellón y luego 10 días en coma, Trevor Rees-Jones comenzaría un largo proceso de recuperación mientras estaba internado en el hospital parisino de la Pitié-Salpétrière.

Los médicos del lugar señalaron que los sobrevivientes a accidentes tan violentos como el que sufrió Trevor quedan con tal nivel de trauma, que pueden sufrir de amnesia selectiva, esto puede ser por un tiempo o de por vida. Precisamente eso fue lo que le ocurrió a Trevor, quien no pudo declarar en la primera visita que le hizo el juez Hervé Stephan a quien solo le quedó la opción de registrar el suceso. Sin embargo, en marzo de 1998, 8 meses después del accidente, anunció que declararía ante el juez tras haber comenzado a recuperar su memoria, informó su abogado.

Claro que lo hizo luego de haber concedido una entrevista al director del diario británico The Mirror donde señaló que “el Mercedes era seguido por dos autos y una moto; tras el choque, Diana pronunció el nombre de Dodi”. El guardaespaldas de Diana comenzaba a recordar lo que ocurrió esa noche y no dudaría en contarlo más de una vez. “Si pudiera haber muerto y ellos tres salvarse, lo hubiera hecho”, confesó el guardaespaldas de Diana y Dodi en su libro, La historia de un guardaespaldas: Diana, el accidente y el único sobreviviente que publicó el año 2000.

En sus memorias, Trevor aseguró que el culpable de todo el accidente fue Dodi al Fayed, que no midió las consecuencias de tomar decisiones de seguridad para él y la princesa, por lo que su intento de escapar de las decenas de fotógrafos que los asediaban fue fatal. Según señaló, Dodi quería escapar solo junto con Diana, algo que él no permitió, por lo que se sentó junto a Henri Paul, el conductor del vehículo Mercedes, quien a su parecer no estaba borracho. Rees-Jones, que para esa fecha ya tenía 31 años, volvió a trabajar para los Al Fayed luego de recuperarse del accidente, sin embargo, al tiempo se retiró para volver a su ciudad natal y trabajar en una tienda deportiva.

Por eso, no tuvo duda en rechazar la teoría de Mohamed al Fayed, el ex dueño de las tiendas Harrods y padre de Dodi, quien aseguró que el accidente fue una conspiración entre la monarquía británica y el servicio secreto de Inglaterra. Y también desmentir la frase que había señalado The Mirror sobre las últimas palabras de Diana indicando: “Dije todo aquello azuzado por Al Fayed, que tejía ya la teoría de la conspiración. Fue una flaqueza de la que me arrepentiré siempre”. Las ganancias de su libro las utilizaría para pagar a sus abogados y rehacer su vida.

A sus 54 años, Trevor dejó atrás el accidente y construyó una nueva vida, casándose con Ann Scott, una profesora de Belvidere School, una escuela de la ciudad de Shrewsbury en Inglaterra. Posteriormente, Rees-Jones tomó un trabajo en Naciones Unidas que duró un tiempo hasta que comenzó a trabajar para Halliburton, una empresa estadounidense muy importante en el área de servicios petroleros.

Este trabajo lo llevó a Irak, país en el que estuvo encargado de la supervisión de la seguridad para dicha empresa mientras se desarrollaba la guerra de Irak. Ese trabajo le permitió ganar una pequeña fortuna con la que pudo llevar a su familia a Estados Unidos, aunque hace 5 años volvió a Shropshire, la ciudad donde creció, junto a su esposa, sus dos hijos y su perro, consiguió un nuevo trabajo, esta vez como jefe global de seguridad para AstraZeneca, la firma farmacéutica detrás de la vacuna del COVID-19, desarrollada por la Universidad de Oxford. “Su vida es tranquila y sin grandes complicaciones. Desde luego no busca publicidad ni habla mucho sobre el episodio del accidente”, le comentó una fuente cercana a Rees-Jones al diario The Sun.

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