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Tradición alemana en cortinas

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Tradición alemana en cortinas

POR equipo velvet | 14 abril 2025

Por más de dos décadas, Cristóbal Ronfeldt ha desarrollado un modelo de atención personalizada, productos con materiales de primera línea y siempre de acuerdo a las nuevas tendencias.

La ascendencia alemana de Cristóbal Ronfeldt, dueño y gestor de la empresa de cortinas que lleva su inicial y apellido como marca, ha definido su vida y, especialmente, su mirada frente a los negocios: es puntual, ordenado y dueño de una mente estructurada, todas cualidades largamente asociadas con el mindset germano.

Además, su trabajo se enfoca en una elaboración impecable y en estar siempre preocupado de entregar un producto –y un servicio– de primera. No por nada, más del 70% de sus clientes llega por recomendación a esta empresa cuyo slogan es “calidad y tradición alemana”.

Su historia en el rubro es larga:

“Mis padres se dedicaban a esto, pero yo creé mi marca desde cero hace cerca de 20 años. La he ido empujando día a día, con un trabajo muy personalizado y con Carola de Moras, entre otros, como rostro”, dice con orgullo.

Al comienzo, usó su nombre completo como marca, pero con el tiempo optó por dejar solo la C de Cristóbal y el apellido Ronfeldt. Así, dice, ha podido ir generando una mejor imagen para su empresa, en cuyo taller un equipo experto hace a mano, utilizando materiales importados y telas antihongos, cortinas resistentes al fuego y con protección frente a la radiación UV.

El 90% de sus clientes son personas que buscan cortinas para casas particulares del sector oriente; también instituciones, empresas y colegios. Su cobertura se extiende a todo Chile, pues ha trabajado proyectos hasta en Isla de Pascua.

“No tengo una tienda física, porque mi trabajo consiste en asesorar a las personas en terreno. Voy a ver los clientes con un muestrario completo, rectifico medidas y armo una propuesta en base a lo que quieren. Después, tenemos una segunda reunión en terreno donde se define todo y en siete días está todo instalado”, explica.

–¿En qué te diferencias de otras empresas que también ofrecen cortinas?

–Mi valor agregado está en que yo entrego cinco años de garantía y trabajo con materiales top en su línea; así se evita tener que hacer mantenciones. Además, mi trabajo es muy personalizado. Tengo un servicio de posventa rapídisimo y por eso muchos clientes me llaman incluso pasado el tiempo de garantía por cualquier mantención, y ahí estamos.

El producto estrella de Cronfeldt son las cortinas tipo roller. Pero también hace cierres para terrazas, toldos retráctiles y persianas de madera o aluminio, siempre a medida:

“Trabajar con telas al estilo del cortinaje clásico es más difícil en Chile, porque no existen buenas telas para eso en el mercado, todo lo que hay tiene mucho poliéster y eso no da una buena caída a las cortinas”, asegura.

–¿Es muy diferente lo que se consigue en el retail?

–No hay comparación desde el punto de vista técnico. Mucho de lo que ofrece el retail no dura más de dos años. Nosotros trabajamos con mecanismos que son completamente sellados, que no suenan. Puedo lavar una tela cinco años después y queda como nueva, porque uso telas con protección UV. A las otras se las come el sol y no hay cómo recuperar el color después. Se ponen amarillentas y no es que estén sucias, es que están quemadas.

LO OSCURO COMO TENDENCIA

Cristóbal cuenta que, por estos días, la tendencia a la hora de seleccionar cortinas son los tonos oscuros. Los clientes los asocian a conceptos como elegancia y sofisticación. Además, esta paleta ayuda a resaltar elementos más claros o brillantes en la decoración, generando un contraste que hace que el mobiliario se destaque mucho más. Esta opción encaja bien, tanto con muebles clásicos, como en el caso de los de diseño más vanguardista. Y funciona tanto para las casas y departamentos que habitan las personas como para segundas viviendas.

“Hoy están muy fuertes los colores grises, grafito y marengos. Estos tonos oscuros salen un poco de lo tradicional, donde siempre ha predominado el blanco y el beige. Hoy hay tanta variedad que puedes tener más de 120 tipos de telas con texturas diferentes”, afirma.

No es el único cambio. Según cuenta, han quedado atrás los días en que las ventanas se decoraban dando protagonismo a las cortinas a través de telas gruesas, cenefas, barras y galones (esos cordones anchos, con borlas, que se usan para mantener las cortinas abiertas).

Lo explica así:

“Antiguamente, decorábamos ventanas para que se vieran bonitas. Hoy, las vestimos para cubrir necesidades, importa más su funcionalidad. Ya no son lo principal en un espacio de decoración, pero tienen un rol clave: siempre se deben ver bonitas. Por ejemplo, en un dormitorio necesitamos más privacidad y para eso lo mejor es una cortina black out para lograr oscuridad. También importa que la cortina retenga la temperatura; que en invierno no se escape el calor que se genera dentro de la casa y que en el verano no aumenten el calor. Pero siempre las cortinas deben verse bien”.

–¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

–Me encanta sumarme a la decoración de una casa; ser parte de un proyecto que normalmente es el inicio de una vida nueva en un lugar nuevo.

 

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