Cuando vi el tráiler de The Politician me llamó la atención de inmediato, porque los colores, la temática y el humor sarcástico me atraen a kilómetros. Sin embargo, debo confesar que en un principio creí que se trataba de una versión Gossip Girl 2.0 y, sólo el hecho de pensarlo, me aburría. Para mi sorpresa, es mucho más que eso. Son intrigas combinadas con intereses personales, política y mentiras.
Se ríen de cómo se gesta un futuro Presidente de Estados Unidos (Payton Hobart, interpretado por Ben Platt) y sus asesores, de la ropa que visten, con quién se juntan y de las estrategias de campaña -que han sido las mismas año tras año-. También se burlan de los escándalos, de la meritocracia gringa y de lo absurdo que puede llegar a ser ese mundo.
Lo mejor de la serie son los personajes y sus caracterizaciones, como, por ejemplo, la polola del protagonista (Alice, interpretada por la actriz Julia Schlaepfer), quien se viste de preppy/colores pasteles y hace evidentes guiños a una Jackie K, pero en versión millenial. La guinda de la torta es la guapísima Georgina (Gwyneth Paltrow) con sus vestidos impresionantes, queriendo demostrar que cada milímetro de tela y confección es carísimo (y en efecto lo es). Punto aparte es el traje capa/pantalón que casi me da un infarto al miocardio cuando lo vi en escena. Para mi gusto, el estilismo estuvo mucho mejor logrado para ellas, que en el caso de los hombres.
Si el primer eje temático de The Politician es el sarcasmo, el segundo es el vestuario, incluyendo los afiches promocionales que no dejaron nada al azar. Destaco también el look de la bella Astrid (Lucy Boynton) con su estilismo moda/millenial que mezcla Chanel y Marc Jacobs a la perfección, o MacAfee (Laura Dreyfuss) luciendo trajes sastre de colores, comprados en Asos y Zara, con zapatos planos y zapatillas taquilleras.
Es una serie que parece ser una tontera adolescente, pero que contiene bastante más. Es una sátira social disfrazada de buena onda (y buena moda).