A fines de 2019, The Old Man y su protagonista aparecieron en los primeros lugares de un listado que agrupaba a las estrellas mejor pagadas de la televisión. Según Variety, Jeff Bridges ganaría US$ 1 millón por episodio en la serie, a la par de Steve Carell y Nicole Kidman (Nine Perfect Strangers). Y ligeramente por debajo de Reese Witherspoon y Kerry Washington (US$ 1,1 millón cada una por capítulo de Little Fires Everywhere).
En el momento que finalmente se produjo su estreno en Estados Unidos, en junio de este año, la conversación en torno a la ficción de Bridges tomó otro rumbo. Una conexión que volvió más dramático y denso lo que se ve en pantalla.
La serie se transformó en el primer papel que terminó de realizar el actor de 72 años desde que fue diagnosticado de Linfoma no Hodgkin. Y desde que un severo cuadro de Covid-19 casi lo mata mientras se encontraba en quimioterapia. Las cinco semanas que pasó en la Unidad de Cuidados Intensivos, “hicieron que el cáncer pareciera nada”, explicó al New York Times.
Eso sin contar que la pandemia por sí sola ya había postergado una producción que originalmente fue anunciada en 2019, como el primer rol de Bridges en televisión. Y una adaptación de la novela publicada por Thomas Perry en 2017. Según ha planteado el protagonista de El gran Leboswki, ese conjunto de experiencias se asemejaron a un sueño. “No sólo como una pesadilla, sino que estuvo lleno de sorprendentes epifanías durante todo el proceso”.
The Old Man le entrega la tarea de encarnar a Dan Chase, un exagente de la CIA que vive aislado al norte del estado de Nueva York. Su vida en retiro da un vuelco radical cuando aparece un desconocido en su casa y el subdirector del Servicio de Contrainteligencia del FBI, Harold Harper (John Lithgow), exige montar una operación en su contra.
Meses después de su debut en Estados Unidos, la plataforma Star+ liberó sus siete episodios este miércoles 28, que nos permiten comprobar las virtudes del proyecto más difícil de la estrella y las maravillas de su actuación protagónica.
Una vez abocado por completo al trabajo, Bridges contó con la colaboración de Christopher Huddleston, un exagente de la CIA que ejerció como asesor de la ficción. Junto a él indagó en el heroísmo de este tipo de personajes, con tal de buscar capturarlo de la forma más fidedigna en pantalla.
“Estoy más cerca del budismo y hay mucho en común entre el heroismo y el budismo. Eso fue muy interesante”, contó el actor al medio especializado Variety. No fue el único elemento con el que conectó de manera personal. Su papel debía encarar las sombras de su pasado, parte de un ejercicio que va muy de la mano con la acción de la serie.
“Lo que me atrajo de este proyecto fue quiénes estaban involucrados, el guion propiamente tal, pero también este tema de las consecuencias en nuestras vidas. Es causa y efecto”, sostuvo en conversación con Vanity Fair, señalando que “creo que todos podríamos conectar con eso”.
Aunque por ahora no ha entrado en el radar de los premios, la producción ha recibido generosos comentarios por parte de la crítica, particularmente atraída por el desempeño del hombre detrás de Hell or High Water y Crazy Heart.
“Bridges, el actor más natural y auténticamente humano que existe, navega con facilidad por las corrientes del personaje; es absolutamente convincente en todo momento, incluso cuando la escritura se vuelve demasiado ornamentada y sermoneadora, lo que sucede con cierta regularidad”, reseñó en su crítica a la serie el New York Times.
“Su físico refleja el poder de su actuación, mostrando una crudeza que no había visto antes en Bridges”, advirtió la crítica del sitio Roger Ebert, añadiendo que mezcla “su lado sensible con una destreza física”. The Old Man ya confirmó que tendrá una segunda temporada, nuevamente con Jeff Bridges como su gran protagonista. Sin embargo, el actor no se atreve a proyectar su carrera en el tiempo. “Pensé que después de mi enfermedad no sabría si volvería a trabajar. Pensé que me estaba retirando, muy en serio. Y no lo sé. Sabes, mi padre trabajó hasta el final”, explicó el actor a Variety. “No estoy seguro de nada”, terminó diciendo.