Desde el fallecimiento de la Reina Isabel II hasta su funeral realizado hoy, la presencia de un hombre en las filas de las múltiples procesiones de la monarca llamó la atención de varios observadores, quienes pudieron identificarlo como Paul Whybrew, mejor conocido como Tall Paul.
Pero, ¿quién es este hombre que tuvo el honor de presidir el féretro de la monarca en el papel del más leal, devoto y longevo criado? La historia se remonta 44 años atrás, cuando Isabel tenía 52 años, y Paul, nacido en el humilde condado de Essex, tan solo 19.
Hijo de un director de banco, llegó a acompañar a la fallecida reina luego del Jubileo de Plata y su primer puesto fue el de lacayo. Sin embargo, no solo su altura de 1,80 cm llamó la atención de la monarca, sino también su gran habilidad con los corgis.
Tras su ascenso, trabajó muy cerca de otro favorito de la realeza, Paul Burrell, quien más tarde se convertiría en el mayordomo de Lady Di. Ahí, y a modo de diferenciar a cada uno, la reina decidió bautizarlos como Tall Paul (El Paul alto, en español), y Small Paul (El pequeño Paul, en español).
A lo largo de los años, el personal de la familia real fue modificado en múltiples ocasiones. Sin embargo, Tall Paul continuó ahí, convirtiéndose en una presencia constante e incondicional en la vida y el reinado de Isabel, lo que le valió el apodo de el Guardián de los secretos de la Reina.
Según aseguran en The Daily Mail, Paul se mantuvo firme junto a la monarca. No solo la acompañó en los momentos más oscuros de su vida, sino que también pasó horas viendo televisión junto a ella en Balmoral, y fue el encargado de cambiar su clásico trago nocturno por jugo de manzana cuando fue necesario.
Hace un año, se convirtió en el miembro más antiguo del personal de la Reina en el Palacio de Buckingham, favorecido con la Orden y Medalla Real Victoriana (de plata y oro) y condecorado por su largo y fiel servicio, ocupando «uno de los puestos más intrigantes de la historia británica moderna».
Dentro de su largo historial de anécdotas con Isabel, se encuentra uno de los incidentes más notorios, cuando un intruso irrumpió en el Palacio en 1982 y se abrió paso sin ser detectado hasta el dormitorio de la Reina. Y también cuando escoltó a la monarca y a Daniel Craig, como parte de la parodia que inauguró los Juegos Olímpicos de Londres.
Incluso, en 2006 cuando Isabel decidió pasar más tiempo en Windsor, le pidió a Tall Paul que se trasladara junto a ella, dandole la oportunidad de tener y decorar su propia habitación, cuyos costes de renovación fueron pagados personalmente por la Reina.
En redes sociales, los fanáticos destacaron su presencia, señalando: «A la cabeza de la procesión, caminando detrás de la banda, está este hombre: el paje de la Reina y sargento de armas Paul Whybrew. Ha estado al lado de la Reina durante 44 años de sus 70 años de reinado. Compañero y sirviente. Ahora la acompaña por última vez».
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