La sustentabilidad y emprendimiento está en el ADN de la ingeniera en Agronegocios Ana María Farfán, quien recientemente alcanzó el segundo lugar en el concurso Impulso Chileno. ¿Su proyecto? Un innovador aislante térmico, llamado Aislapet.
Ana María Farfán pertenece a Desafío Ambiente, que busca transformar problemas ambientales ocasionados por el plástico. “Con tanto plástico que se tiene que botar, me empezó a doler la guata, sobre todo porque el reciclaje convencional no permite envases de aceite, bandejas de frutas, detergente, lubricante, shampoo… y algo tenían que hacer con eso”, explica Ana María que estuvo presentando Aislapet en una feria en Alemania y es una de las 100 mujeres líderes.
El proyecto, en tanto, consiste en una máquina prototipo en la que se trituran botellas y se obtiene una especie de lana que sirve para ser insertada como poliéster de aislación. Al ser hecho de botellas de plástico usadas en un 100% es totalmente de bajo costo. Algo muy ventajoso para la construcción sustentable que cada vez va ganando más fuerza.
Aunque hay un mercado importante en el rubro de la construcción, hay que cumplir con varias regulaciones que son muy caras. Por esto lo que se obtenga de Impulso Chileno estará destinado, en parte, a cumplir con estas demandas.
Cabe destacar que Impulso Chileno, al igual que en su primera edición, premió a los emprendedores con $360 millones para financiar sus emprendimientos en todo el país. Los primeros 20 proyectos con la mayor puntuación obtuvieron $10 millones para invertir en sus emprendimientos. Estos fueron secundados por otras 20 iniciativas que recibieron $5 millones y los 20 terceros recibieron $3 millones. Además, todos ellos obtendrán acompañamiento académico durante 6 meses por parte de la Escuela de Administración de Pontificia Universidad Católica de Chile, a partir de marzo.