¿Has pensado alguna vez en las ensaladas en bolsa o en los bufés de comida como el lugar favorito de las bacterias? Pues bien, para Primrose Freestone, profesora Titular de Microbiología Clínica en la Universidad de Leicester, estas son dos de las cosas que evitar para evitar intoxicaciones.
En un artículo publicado en el medio especializado The Conversation, la experta revela quizás inesperados alimentos y lugares donde ella no come jamás, ya que hay más riesgo de contraer alguna bacteria. ¿Sus sugerencias? A continuación.
Cada año, solo en el Reino Unido, 2,4 millones de personas se intoxican con alimentos, la mayoría por contaminación viral o bacteriana. En la mayoría de los casos, las personas se recuperan sin necesitar tratamiento, pero no es así para todos. Y sobre esto, Freestone asegura que debido a su profesión es quizás más consciente de los riesgos que tiene una infección alimentaria.
Por lo tanto, la microbióloga presta atención en las siguientes situaciones o alimentos:
La experta dice que rara vez como en picnics o asados al aire libre, ya que el riesgo de intoxicación aumenta cuando la comida se consume al aire libre. Además, agrega el factor de las manos limpias al manipular los alimentos. Pero si lo llevamos a una playa o parque, no siempre es el caso.
Por su parte, la comida suele atraer a una serie de insectos como moscas, avispas y hormigas. Todos ellos pueden transferir gérmenes como E. coli, Salmonella y Listeria, lo que nos llevamos a la boca.
Asegura que es esencial mantener los alimentos perecederos fríos y tapados, ya que los gérmenes pueden duplicarse si se deja que los alimentos se calienten a 30 grados durante más de unas horas. En el caso de los asados, la carne debe estar bien cocinada, y no aconseja comer carne si su temperatura interna está por debajo de 70 grados (hay termómetros de carne).
Los alimentos que no son cubiertos, pueden estar expuestos a la contaminación de insectos, polvo y personas. Los visitantes del bufé también pueden transmitir gérmenes cuando tocan la comida, estornudan o tosen cerca. Y pueden depositarse gérmenes del aire, rico en bacterias, hongos y virus.
El consejo de la experta es mirar el reloj y ver si hay recambios en los alimentos. “Existe una regla de las dos horas de restauración: los alimentos perecederos dejan de ser seguros para el consumo en dos horas, si no se mantienen cubiertos y refrigerados. El problema es que los bufés suelen estar preparados antes de que lleguen los comensales, por lo que es difícil saber cuánto tiempo llevan allí las fuentes de carne, marisco, ensaladas, postres, frutas y verduras apetitosamente dispuestas”, asegura en el artículo.
Por su parte, dice que en los bufés calientes, evito la comida tibia, ya que las bacterias que causan intoxicaciones alimentarias pueden crecer rápidamente cuando los alimentos se mantienen a menos de 60 grados. Los alimentos calientes deben servirse calientes.
También hay alimentos que no come nunca, como las ostras. Esto, porque las ostras se alimentan por filtración y pueden concentrar gérmenes, como el Vibrio y el norovirus, en sus tejidos. Una ostra contaminada con Vibrio no parece, huele ni sabe diferente, pero puede enfermarte. Es más, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos estiman que unas 80.000 personas contraen infecciones por Vibrio a partir de ostras crudas. Y cien personas mueren de vibriosis cada año solo en EEUU.
Eso sí, destaca que es posible contraer una intoxicación alimentaria al comer cualquier tipo de marisco crudo.
Es un hecho confirmado que la lechuga embolsada puede tener gérmenes de intoxicación alimentaria como E. coli, Salmonella y Listeria. Ahora, para los amantes de las ensaladas, la mayoría de las ensaladas de bolsa son seguras si se conservan refrigeradas, se lavan antes de usarlas y se consumen lo antes posible.
Así como lugares y ciertos alimentos, también hay práctica culinarias que la experta no hace. En el caso de los alimentos perecibles, se deben comprobar constantemente las fechas de caducidad. Y si luce diferente a como debería, hay que eliminarlo.
Otra sugerencia que hace es no usar la misma tabla para alimentos crudos y cocinados. Y lavarse las manos antes y después de manipular cualquier alimento.
Una de sus reglas de lo que “nunca hay que hacer” es recalentar el arroz cocido. Esto, porque el arroz crudo puede contener esporas de Bacillus cereus, un germen que envenena los alimentos. Ella explica que, si bien células del Bacillus mueren al cocerlo, las esporas sobreviven. Entonces, si el arroz se deja enfriar y reposar a temperatura ambiente, esas esporas se convierten en bacterias, cuyo número aumentará rápidamente, porque el arroz es un buen medio de cultivo de Bacillus a temperatura ambiente.
Primrose Freestone cree que es muy importante tener conciencia sobre la seguridad alimentaria y así quizás ponerse de primero en la fila del bufé, elegir mejor en un desayuno de hotel y mirar si hay reposición de ciertos alimentos perecibles.