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South Park, la serie estadounidense de animación que hace sátira de personajes famosos y acontecimientos sociales, ha convertido a Meghan Markle y el príncipe Harry en el blanco de los dardos de su capítulo más reciente. Y los destroza a conciencia.
En la emisión del 15 de febrero, los ridiculiza con alevosía y cuestiona su decisión de haber renunciado a su papel en la familia real británica en busca de una supuesta privacidad. Despiadados, como suelen ser, los guionistas de South Park, han titulado el capítulo llamado The Worldwide Privacy Tour (La gira mundial de privacidad). La serie animada se inicia con la explicación de que todos los personajes y lugares son ficticios, sin embargo, los duques de Sussex son los únicos claramente identificables en la sátira.
El príncipe y su mujer aparecen con carteles y megáfonos exigiendo privacidad mientras continúan con su gira hablando del libro autobiográfico de Harry y contra la monarquía británica, que ahora representa el Rey Carlos III, padre de Harry. En el capítulo también se les reprocha que supuestamente no se hubieran visto demasiado afectados por la muerte de la Reina Isabel II.
Harry y Meghan aparecen como invitados de un matinal de televisión canadiense en el que promocionan el libro Spare, que en la serie se llama con la palabra onomatopéyica Waaagh. El presentador pregunta a duques de Sussex sobre su demanda contra tabloides británicos por no respetar su vida privada, mientras les reprocha que ellos, a su vez, estén ventilando todo sobre lo que vivieron en el castillo de los Windsor.
“Solo queremos ser personas normales, toda esta atención es muy difícil”, responde el príncipe, que es interrumpido por su esposa, y aclaran que odian a los periodistas. “Queremos privacidad”, se lee en sus pancartas, mientras siguen su gira por todo el mundo a bordo de un jet privado.
Uno de los personajes centrales de South Park, serie creada por Trey Parker y Matt Stone y que empezó a emitirse en 1997, es Kylie, que en este episodio llama al departamento de policía porque sus vecinos son Harry y Meghan. “Tienen un jet enorme estacionado frente a mi casa y siguen queriendo que les compre su libro. Estoy harto de oír hablar de ellos pero no puedo alejarme, están en todas partes. En mi maldita cara”, expresa el personaje.
Vista la virulencia de la sátira, primero fueron testimonios más o menos “cercanos” a la pareja los que dijeron que Meghan estaba “molesta y abrumada” por la poco favorecedora representación que se hacía de ellos. Y sugerían que una demanda contra el programa estaba estudiándose. Ahora un vocero de los duques ha difundido un comunicado en que estos niegan las especulaciones sobre una supuesta demanda contra South Park y tildan dichos rumores de “aburridos e infundados”.
Mientras, la hermana por parte de padre de Meghan, Samantha, ha aprovechado para decir que la representación de la duquesa fue “brillante”. Por su parte, Charlotte Proudman, académica de la Universidad de Cambridge, consideró que South Park erró al hacer “una burla de una mujer racializada que ha sido acosada y abusada una y otra vez por los medios”. Y el comentarista político Tom Peck escribe en el diario The Independent que la sátira “deja claro que los Sussex se han convertido en un chiste, tanto en su antiguo hogar como en el nuevo”.
Lo cierto es que si cada personaje del que se burla la serie creada por Trey Parker y Matt Stone los demandase, esta no habría logrado a mantenerse tantos años al aire. De hecho, los Sussex ahora forman parte de un club de celebridades parodiadas como Elton John, Barbra Streisand, Tom Cruise, Matt Damon y la propia Reina Isabel II.
