Por Rommy Buchholz S.
Conocimos con más detalle a Lady Kitty Spencer luego de que se robó miradas y aplausos el año 2018 en la boda de Meghan y Harry mientras llevaba un vestido verde esmeralda de Dolce&Gabanna. Hoy, casi tres años después, se ha convertido en el rostro global de la lujosa marca en base a su constante colaboración como modelo y su gran cercanía con Domenico y Stefano.
Su padre, el Conde Charles Spencer es hermano de Diana y luego de ver las consecuencias que tuvo la vida pública en su familia, decidió que no quería que sus hijos vivieran la misma historia y por eso decidió junto a su esposa sacarlos de Londres y criarlos en Sudáfrica.
Lady Ki, como la bautizaron los medios ingleses, aunque no es considerada de la familia real, cuenta con un título nobiliario y lleva una vida acorde a este. Es patrona de la fundación militar Give Us Time y embajadora de Centrepoint una organización benéfica que brinda apoyo y ayuda a jóvenes que viven en situación de calle. Además, se destaca por su impecable y elegante imagen que la acompaña en todo momento y en cualquier lugar.
Pero además de eso, es una apasionada por la moda y se dedicó a la carrera de modelo siendo representada por la agencia Storm Management, la misma a la que pertenecían Kate Moss, Cindy Crawford y Cara Delevingne. Ha modelado en la Fashion Week de New York, Londres y Milán, desfilando ropa para marcas como Dolce & Gabanna, Ralph Lauren y Calvin Klein.
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Su nombramiento como embajadora era algo que quizá se podía considerar predecible debido a la gran amistad y cercanía de la modelo con la marca, e incluso en el comunicado oficial, los directores creativos expresaron su especial cariño hacia Lady Kitty y señalaron que tras su incorporación como embajadora su amistad se fortalecía y se reconfirmaba.
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La noticia llegó a pocos días de que Dior nombrara a Beatrice Borromeo como su embajadora global, quien es cuñada de Charlotte Casiraghi, actual embajadora de Chanel nombrada a fines del año pasado y que fue el primer indicio de lo que podría indicar que este tipo de estrategia en marcas de lujo podría reemplazar la era de las ‘musas’ y que casualmente se ha centrado en personajes aristocráticos que resultan tener una conexión amplia y distinta con la marca que incluso es resultado de años de amistad entre las familias y los directores de cada casa.