Aunque no lo parezca, levantarse durante la noche a darse atracones es más común de los que creemos. Y los expertos alertan sobre los problemas de salud que esto nos puede traer, entre ellos, obesidad o incluso diabetes tipo 2.
Según los expertos, no son pocas las personas que no se preocupan de una buena comida por la noche o que al llegar cansados comen cualquier cosa. Y una de las consecuencias más comunes de comer poco o mal a esa hora, es precisamente que de hambre pronto. Esto último, se puede traducir en levantarse para comer durante la noche.
A estas “levantadas de noche” se les denomina síndrome de alimentación nocturna, y los expertos coinciden en que le pasa a más gente de la que crees. Es más, esta mala costumbre podría pasar perfectamente como una anécdota, sin embargo, puede afectar a la salud, haciéndote ganar peso, además de otros problemas graves.
Según el nutricionista Pablo Ojeda, este síndrome sucede “por estrés, por falta de sueño, dieta desequilibrada y problemas de la vida”, comenta a Mujer Hoy en España. Además, asegura que puede afectar al metabolismo. “Lo que consumes por la noche puede almacenarse con más facilidad en forma de grasa, lo que puede llevar a ese aumento de peso o, incluso, a enfermedades crónicas como la diabetes”, advierte.
De acuerdo al experto, esto ocurre porque durante el día nuestro metabolismo está activo, por lo tanto, quemamos calorías más rápido. Por el contrario, por la noche, el cuerpo se prepara para descansar, por lo que el metabolismo se vuelve más lento y esas calorías extra no se queman igual y se acumulan”, asegura.
Por lo general, quienes padecen este síndrome suelen no tener hambre durante el día, especialmente por la mañana. Pero cuando llega la noche su apetito es tres veces mayor. Además, las incursiones nocturnas a la cocina pueden repetirse varias veces en una misma noche, siendo incluso imposible dormir si no comen.
Por lo demás, no se comen un plato de ensalada o brócoli. Por lo general suele ser algo calórico, lo que proporcionan una satisfacción instantánea ante episodios de ansiedad o depresión.
Por lo tanto, los expertos sugieren distintas estrategias para evitar este picoteo nocturno, ya que varían según las personas y las causas que lo provocan. Eso sí, hay unaserie de estrategias comunes que funcionan como buen punto de partido.
1. Establecer un horario regular de comidas: cuando se trata del cuerpo, la rutina le viene bien. Y los expertos recomiendan mantener un horario de comidas regular que pueda ayudarte a controlar el apetito y reducir los antojos nocturnos.
2. Come de forma equilibrada: incluir macronutrientes en tus comidas es clave para que te mantengas saciado por más tiempo, evitando que sientas hambre por la noche. Debes elegir bien los alimentos, incluyendo proteínas y grasas saludables.
3. Identifica los desencadenantes emocionales: si te levantas en mitad de la noche para comer, lo más probable es que no sea precisamente por hambre. Por ello debes tratar de identificar las emociones que te están llevando a calmar el estrés o ansiedad con la comida.
4. Presta atención al entorno de sueño: si tratas de mejorar tu dormir, es probable que te despiertes menos veces para comer. No mires el teléfono antes de acostarte o quedarte pegada en la TV, asegúrate de que no haya y que la temperatura sea la adecuada.