El caso de Novak Djokovic se ha convertido en trending topic mundial de Twitter, pero también en un laberinto judicial, deportivo, sanitario e incluso diplomático. Si bien las autoridades revocaron la orden de confinamiento y expatriación del tenista serbio, las investigaciones continúan y su participación en el Abierto de Australia todavía está en veremos.
Tras viajar a Australia, sin prueba de vacunación, el tenista se ha convertido automáticamente en el emblema de los antivacunas. Más allá de seguir el deporte o no, los escépticos han encontrado en Nole una razón más para su causa. Y es ahí donde los expertos se cuestionan a quién beneficia esta polémica. Quizás, tal como escribe Charlotte Lytton en The Telegraph, es la historia de Djokovic el reflejo de estar haciendo todo mal cuando se trata de los antivacunas. Porque aún con todo los obstáculos, ¿cambiará Nole su posición con respecto a la vacuna? Lo más seguro es que no.
La periodista británica explica que “su negativa a vacunarse, seguida de su aparente éxito y luego su fracaso en doblegar las reglas de la competencia para que se ajusten a él, le ha dado a los escépticos su primera causa célebre”, escribe. Pero el problema no es solo haberse “saltado” las reglas, y es que alguien podría argumentar que las mismas fueron hechas para romperse.
Originalmente el gobierno de Victoria le otorgó una exención médica para que pudiese ingresar al país. Sin embargo, a su llegada las cosas se complicaron, le revocaron la visa y fue enviado a un hotel de refugiados. Novak alegaba correctamente que le habían asegurado su ingreso, pero Melbourne dijo otra cosa. ¿Ser el número 1 le permite entonces transgredir reglas sanitarias? De ser así, y apelando a la insensibilidad del tenista con el resto de las personas en el mundo, las reglas deberían cambiar a petición de cualquiera.
Si bien el juez a cargo revocó los cargos, hay tres detalles que han pasado desapercibidos en este laberinto. El primero: la exención original extendida por Tennis Australia era para que Djokovic no tuviera que hacer cuarentena al llegar a Melbourne, y nada tenía que ver con no estar vacunado. Por lo tanto, dicho documento tampoco era un pase asegurado.
Segundo, si es que el Open se jugara en Serbia y Nole fuera australiano, las condiciones de ingreso al país hubieran sido similares. Esto, porque Serbia tiene las mismas restricciones que Australia para los extranjeros.
Por último, y lo que todavía tiene su visa en cuestión, el tenista serbio habría mentido en su ingreso al continente australiano. El deportista de 34 años dijo que no había estado en un tercer país semanas previas a su llegada a Melbourne. Pero no fue así y las redes sociales lo confirman. Nole estuvo en Belgrado y en España, lo que según el Gobierno australiano podría acarrear una nueva cancelación de su visado.
Según el documento, el 1 de enero Djokovic marcó la casilla “no” en la pregunta sobre viajes en los 14 días previos a su llegada al país. Además, el tenista estaba infectado de Covid el 16 de diciembre, pasó las Navidad en Belgrado y luego viajó España, desde donde abordó un avión el 4 de enero con escala en Dubai y destino final Melbourne.
Mientras él alega que fueron las autoridades del tenis quienes rellenaron el formulario, las leyes australianas consideran como una “ofensa seria” una declaración falsa y que puede acarrear hasta doce meses de cárcel. Por lo tanto, y a pesar de la victoria judicial, el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, podría revocar el visado de Djokovic y expulsarlo del país.
Novak Djokovic and Benfica’s handball player (the best, btw) Petar Djordjic in Belgrade today. pic.twitter.com/U7lti3xjcQ
— José Morgado (@josemorgado) December 25, 2021
El número uno del mundo ha ganado dicho torneo en nueve veces, y los expertos aseguran que Djokovic es al Open de Australia como Nadal al Roland Garros. Rafael Nadal fue el primero en decir que Nole estaba al tanto de las restricciones y que si se hubiese vacunado no tendría problemas. Ahora, y ante el revés de los cargos, el español se acoge a la decisión de la justicia. “La justicia es la que tiene que hablar en este caso y yo siempre soy un defensor de la justicia, en todas las causas. Al final, se ha montado un circo alrededor de muchas historias. Pero más allá de que pueda o no estar de acuerdo en algunas cosas con Djokovic, sin ninguna duda la Justicia ha hablado. Y dicho que tiene derecho a participar en el Open de Australia y realmente es lo más justo si así ha sido resuelto”.
Por otro lado, y desde su versión más egoísta, aseguró, “A nivel personal prefiero que no juegue. Al final es deporte, se mueven muchos intereses alrededor, a nivel general, económico, publicitario. Y en ese sentido es todo mucho mejor cuando los mejores pueden estar jugando”, comentó tras el veredicto sobre su oponente.
El caso de Djokovic ha sacado a la luz frustraciones pandémicas y los intereses de cada país. Australia se enfrenta a Serbia en algo que ni si quiera debió haber sido discutido, porque su tolerancia al ingreso de antivacunas era clarísima: cero. El torneo no debería estar por sobre las autoridades, y en otras disciplinas esto no hubiese sido trending topic, simplemente no se le hubiese permitido jugar, más allá de su ránking mundial.