Sharper comienza cuando una chica llamada Sandra (Briana Middleton) va a comprar un libro y discretamente seduce a Tom (Justice Smith), el dueño del local y, al buscar plata en la billetera para pagar, descubre que no le funciona la tarjeta de crédito y que no tiene efectivo. El tipo, fascinado con la chica, le dice que se lo lleve y le pague cuando pueda. Ella dice que no al principio, pero termina aceptando. No, ese no es el truco sino el principio de uno más grande, complejo y elaborado que tiene, en esa escena, uno de sus puntos importantes. Será mucho más el dinero que perderá Tom al caer en las trampas de Sandra, pero esto recién comienza.

Cada episodio dentro de esta película irá presentando otro nuevo personaje de esa estructura criminal de la que Sandra es parte, en un sistema que va yendo por lo general cada vez más atrás en el tiempo. Estará Max (Sebastian Stan), quien “descubre” y contrata a Sandra, y con quien prueba que pueden hacer muy bien estas trampas y trucos. Y luego estará Madeline (Julianne Moore), quien aparece recién promediando la película, una mujer a punto de casarse con un empresario millonario (John Lithgow), que alguna relación tiene con Max. No hay mucho más para contar aquí, solo dejar constancia de lo más evidente: nada es como lo parece.

Sharper tiene un guion inteligente, que parece sacado de los clásicos del cine negro clase B de los años ’50, con sus relaciones románticas teñidas de sospechas y trampas, con personajes que afectan todo el tiempo un interés que no tienen por otras personas y que en todo momento tienen otros planes en la cabeza. En cierto punto, es una película en la que casi todos los actores actúan dos papeles a la vez: lo que son y lo que muestran ser para quedarse con el dinero de los otros.

Pero así como la película juega con los códigos del cine de estafadores, a la vez su sistema empieza a volverse un tanto predecible con el correr de la historia. Si bien hay revelaciones y sorpresas que llaman la atención, hay un punto en el que el truco se vuelve inevitable. Y, lo que es peor, también son muy avisados. Y es que de tanto consumir series y películas ya estamos entrenados con estas trampas y giros en las historias y necesitamos que nos sorprendan de maneras más creativas.

Así y todo esto no le hace perder del todo su efectividad. Por más que sepamos hacia dónde va y qué rol tendrá cada personaje en este juego en el que uno nunca sabe quién miente y quién no, la intriga está bastante bien dosificada y el nivel de los actores disimula los previsibles giros del guion. Moore, Stan, Lithgow y Middleton –una revelación– se divierten con el juego en el que están metidos y sus personajes se vuelven, sino creíbles, por lo menos entretenidos de ver.

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Es un tipo de película que necesita que los espectadores suspendamos por un rato esa idea de que todo lo que estamos viendo sea “creíble”. Con Sharper hay que entrar en el juego y dejarse llevar. Será la mejor manera de disfrutar la experiencia que te entrega esta película, porque si nos prometen entretención, en este filme se cumple a cabalidad. No hay un clásico del género aquí para descubrir. Solo un efectivo policial negro que permitirá, por una vez, que el espectador pueda deducir más o menos correctamente para donde va el destino de esta historia y sus personajes.

Sharper está disponible desde hoy, jueves 17 de febrero en la plataforma de streaming Apple TV Plus.