Los rumores de separación de Shakira y Piqué estuvieron en el aire durante unas semanas hasta que la cantante publicó un comunicado en el que anunciaba que daban por finalizada su relación después de doce años. Un mensaje breve en el que pedían respeto a su privacidad, como suele ser habitual en este tipo de casos. Lo más importante para ambos era que los niños siguieran con su vida estable. A partir de ese momento, las informaciones sobre la vida alternativa del jugador del Barca y sus amistades femeninas se convirtieron en el pan de cada día. Reporteros y paparazzis hacían guardia con el fin de pillarle en alguna situación moralmente discutible para avalar los rumores de infidelidad que circulaban. Se llegó a decir que Shakira había ordenado levantar un muro en el jardín de su domicilio para no tener contacto con sus suegros, con los que compartían terreno. Nada de esto sucedió. Tampoco imágenes de las supuestas amigas que entraban en la residencia del jugador. Lo que sí era cierto, era que Piqué había vuelto a su piso de soltero en el sector alto de Barcelona.
Los amigos que conocían al jugador antes de su relación con Shakira reconocen que era muy bueno para las fiestas cuando era mucho más joven y no era dado a tener compromisos sentimentales con nadie de forma seria. Cuentan que cuando se enamoró, todo cambió. Tuvo claro que quería centrarse en ella y formar una familia. “Desde entonces ha llevado una vida tranquila enfocada en su mujer, sus hijos, su carrera deportiva y sus proyectos empresariales”, han contado. También se discutieron como motivos de la separación unos supuestos problemas económicos del defensa del Barca o respecto a discusiones por la custodia de los hijos. Toda información sin confirmar.
Pero después de la tormenta llega la calma y es lo que ha sucedido en la vida de la ex pareja. Piqué siempre ha querido mantener su privacidad y la de su familia como prioridad en su vida. Tanto, que ni siquiera sus padres tenían detalles de su separación. Se lo contó a un íntimo amigo del colegio una vez que se habían agotado todas las posibilidades de reconciliación. Lo cierto es que Piqué proyecta una imagen de que le da igual lo que digan de él, pero no es así. Le afecta y mucho, y cercanos dicen que lo está pasando mal. El amor por sus hijos es tan profundo que sería capaz de renunciar a lo que fuera con tal de que no lo pasen mal. Le encanta hacer planes con ellos.
Respecto a las negociaciones y los acuerdos que han tomado, no hay por parte de Shakira ofrecimiento de vuelos gratis para que Piqué los visite en Miami ni dinero para saldar la deuda que tiene con el Ministerio de Hacienda español. La solvencia económica de Shakira es muy potente, igual que la del jugador, por tanto el tema económico no sería tema en la negociación. La única dificultad para llegar a un acuerdo final es negociar el tiempo que cada uno va a pasar con los hijos. Ambos quieren lo mejor y que la separación no acarree problemas emocionales con ellos. Fuentes cercanas reconocen que Piqué quiere resolver todo de manera amistosa y de mutuo acuerdo. “Un juicio mediático sería muy duro para los dos y volverían las especulaciones y las informaciones no oficiales”, declaran amigos en común de la pareja.