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Sin entrar en juicios, las pantallas se han convertido en una manera práctica y rápida el tener a los niñ@s distraídos. Es el signo de los tiempos, todo ocurre frente a una pantalla y en las plataformas digitales, ya sea un teléfono móvil o una Tablet. A la hora de aliviar el estrés de los padres, muchas veces es la única opción a mano.
Sin embargo, y pese al alivio momentáneo que puede generarle esto a los padres, la pregunta es ¿a qué precio? Y de acuerdo a un estudio de la Universidad de Drexel en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, y publicado en JAMA Pediatrics, el costo está en la salud de nuestros propios hijos.
Los expertos descubrieron que si tienes niños menores de 3 años y tienen acceso a este tipo de artefactos “tendrán más probabilidades de mostrar comportamientos sensoriales atípicos asociados con trastornos del desarrollo neurológico como el autismo y el trastorno por déficit atencional/hiperactividad (TDAH)”, se lee en The New York Post, a partir de la publicación pediátrica.
En el estudio se evidenció que niños de 2 años o menores, pasaron un promedio de 3 horas y tres minutos diarios frente a una pantalla en 2014, cuando incluso este fenómeno lo era todo lo masivo como lo es hoy. Una cifra por cierto que alarmante. Ante esto, los especialistas recomiendan prohibir a los menores de 3 años a verse expuestos a pantallas touch.
Para el descubrimiento, los expertos analizaron los hábitos de ver televisión y películas en 1.471 niños menores de dos años. Encontraron que los menores de un año, tenían 105 por ciento más probabilidad de tener problemas de procesamiento sensorial a los 33 meses y eran más propensos a desconectarse del mundo real y a mostrar desinterés por las actividades. Sumado a eso, que responden más lento a los estímulos, e incluso podrían sentirse abrumados por sonidos fuertes o luces brillantes.
“Cada hora de tiempo diario frente a una pantalla aumentó las posibilidades del niño de presentar problemas sensoriales en un 23% a los 18 meses, pero se redujo al 20 % a los 24 meses”, precisa el periódico neoyorkino. Por tanto, lo único que se debería permitir a los menores son los chats con video, ya que esto estimularía la interacción. Para todo lo demás, si tienen entre 3 a 5 años, lo recomendable es máximo una hora al día.
