Britney Spears no ha dejado los titulares, y es que luego de del juicio por su tutela y su matrimonio con el modelo y actor Sam Ashgari, al poco tiempo ha hecho noticia por su divorcio en agosto. Sin embargo, recientemente ha sido su hijo mayor quien ha acaparado las miradas tras cumplir 18 años.
Sean Preston Federline Spears, es el primer hijo de la cantante, fruto de su relación con el bailarín Kevin Federline. Britney había estado casada con su amigo de juventud, Jason Alexander, un matrimonio que está en el ranking de los más breves de Hollywood al durar tan solo 55 horas.
A los pocos meses, la cantante se casó con Federline. En 2005, nació Sean Preston y un año después, llegaría Jayden, ahora de 16 años.
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Sean Preston Federline Spears también tiene su currículum de apariciones en la prensa debido precisamente a más de alguna polémica relacionada a su madre. En 2007 se rapó la cabeza. Un momento emblemático, reflejo de un complejo momento de la artista. Esto, consecuencia, en parte, del divorcio con el padre de sus hijos, el consumo de estupefacientes y el acoso de la prensa. Además, aquel año ingresó en un centro psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos, una batalla que continúa. Desde entonces y hasta 2021, Spears, bajo la tutela legal de su padre, Jamie Spears, no volvió a ver a sus hijos.
Tanto Sean Preston como Jaden viven desde entonces con su padre, su madrastra, la voleibolista Victoria Prince, y sus hermanastros: Jordan (12 años) y Peyton (9 años). Así como los hijos mayores del bailarín, Kori (21 años) y Kaleb (19 años), nacidos de su relación con la actriz Shar Jackson.
En septiembre del año pasado, confesaron al Daily Mail que querían mudarse con su padre a Hawaii y hablaron de la relación con Britney. Revelando lo mal que se llevaban con su abuela por cómo había tratado a su madre.
“No hay odio pero llevará mucho tiempo y esfuerzo reparar la relación con nuestra madre y pasar el trauma emocional que hemos vivido”, aclararon al medio. “Creo al 100% que esto se puede solucionar. Simplemente requerirá mucho tiempo y esfuerzo. Sólo quiero que mejore mentalmente. Cuando mejore, tengo muchas ganas de volver a verla”, agregó Jayden. “Preston y yo estamos muy unidos. Siempre me está cuidando y yo hago lo mismo con él. Nos aseguramos de que ambos estamos bien mentalmente”, concluyó.
Por su parte, Britney Spears respondió a través de sus redes con un mensaje de amor: “Siempre intentó ser la mejor persona para ellos”.
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Sus hijos también se refirieron sobre las comentadas fotografías que Spears suele compartir en su Instagram, como aquellas bailando en traje de baño o en ropa interior. Incluso llegó a posar desnuda. “Yo trato de explicarles que tal vez para ella sea simplemente otra manera de tratar de expresarse, pero eso no evita que les afecte. Es duro”, comentó Kevin Federline. Una vez más, Britney respondió y explicó que era muy doloroso que su ex pareja hiciera públicos dichos pensamientos.
Federline contó a la revista People, que finalmente se mudaron a Hawaii . “Daría oportunidades laborales y profesionales interesantes a Sean Preston”, dijo, porque comenzará ahora la universidad.
Cabe destacar que de la vida del adolescente se conoce poco, ya que han sabido mantenerse fuera del foco de los medios en los últimos años. Lo que sí se sabe es que son aficionados a la música y a la danza, al igual que sus padres. También que, más allá de la historia, “idolatran a su progenitora”.
Sobre la mudanza, el trato que tienen implica que Kevin Federline debía informar a Britney Spears y obtener su permiso para ello. Algo que, según lo visto, ha sucedido.
El abogado de Kevin, Mark Vincent Kaplan, aseguró a Page Six que Britney se habría comunicado con sus hijos “probablemente hace un par de semanas”. Lo que se asume como un intento de despedirse de Jayden y Sean. Sin embargo, no se habrían visto en persona.
En su momento, Federline aseguró que se mudaba a Hawaii porque su nueva pareja había conseguido un trabajo ahí, pero varias fuentes dicen que se trató de un truco para alargar la pensión alimenticia que Britney entrega mes con mes. Y es que, generalmente, este acuerdo termina cuando los hijos cumplen la mayoría de edad (21 años en Estados Unidos), pero las leyes de Hawaii permiten que se extiendan hasta que los hijos cumplen 23 años si estos continúan con sus estudios.
