Emerald Fennell es actriz y directora de cine. En la pantalla la vimos durante la pasada temporada de The Crown, interpretando a una joven Camilla Parker Bowles. Detrás de cámaras, debutó con Promising Young Woman, un estreno pandémico, alabado por todos, y que la tuvo en la carrera por el Oscar 2021, nominada a cinco premios, entre ellas a Mejor Película y Mejor Actriz Principal, reconocimiento para la gran Carey Mulligan.
Tal como decía su título, se trató de un debut prometedor. Una refrescante y arriesgada película que, si se la perdió, la puede ver por estos días a través de Netflix. Pero tal exitosa ópera prima debía ser el inicio de grandes cosas y acá de nuevo nos tiene hablando de ella. Se trata de Saltburn, su nuevo filme y que el viernes pasado se estrenó en Prime Video.
Y pese a ser un fin de semana navideño, Saltburn no dejó indiferente a nadie y en las redes sociales está siendo comentario obligado, sobre todo por lo chocante y vanguardista de sus escenas. Protagonizada por los nominados al Oscar, Barry Keoghan, Rosamund Pike y, de nuevo aunque en un pequeño rol, Carey Mulligan; por el ganador del Oscar, el actor inglés Richard E. Grant, y la gran promesa masculina del año, Jacob Elordi, Saltburn no deja títere con cabeza y contiene al menos tres escenas polémicas, que ya son material de chistes y memes.
Ambientada en los años 2000, y con una banda sonora envidiable que incluye a Pulp, Pet Shop Boys, The Killers y Sophie Ellis Bextor, Saltburn parece ser de esas típicas películas de época, colegios de elite, grandes mansiones, aristócratas aburridos y mayordomos flemáticos. Y sí, todo eso contiene, pero como sumergida en ácido. Visualmente exuberante, acá estamos dentro de la historia de un chico común que llega a un exclusivo colegio, queda encantado del chico más popular, que a su vez es heredero de una familia aristocrática que vive en las afueras de Londres en una gran mansión que se llama Saltburn.
La película es incorrecta, es divertida, es preciosa de ver, tiene unas secuencias que parecen un cuento de hadas. Acá hay ninfas y efebos versión millenial que aspiran droga, leen Harry Potter y se pasan la tarde echados en una reposera al lado de una piscina, que en realidad es un pequeño lago a los pies de la casa.
Escenas con fluidos corporales, algo de necrofilia, fiestas y personas elegantes. Todo eso tiene Saltburn, que difícilmente olvidaremos. Una película de aspiraciones sociales y engaños, que probablemente será un hito generacional. Al menos tiene mucha onda y gente bonita. Actualmente es la película más vista en Prime Video y no es apta para menores de 18 años.