¿Van a salir libres los hermanos Menéndez? Esa es la pregunta que tienen todos los que vieron la serie “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”. En 1989, los hermanos fueron condenados por el brutal asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez. Por esos días, tenían 21 y 18 años y fueron detenidos en 1990 luego de fingir que sus padres habían sido asesinados por la mafia.
El caso volvió a llamar la atención de los medios gracias a la serie de Ryan Murphy. Si no la viste, te contamos que la producción tiene 9 capítulos y es protagonizada por Javier Bardem, Chloë Sevigny, Cooper Koch y Nicholas Alexander Chavez. Fue top 1 de Netflix por semanas.
El primer juicio de los Menédez fue separado, es decir, con un jurado para cada uno de los hermanos. En ellos, Lyle y Erik declararon que su padre había abusado sexualmente de ellos. Explicaron que estos abusos les habían hecho temer por sus vidas y que, como su madre había sido consciente de ellos, decidieron asesinar a ambos. El primer juicio resultó en un empate para cada hermano.
El segundo juicio comenzó en 1995 y sólo hubo un jurado para ambos. En 1996, fueron sentenciados culpables a asesinato en primer grado, pero se liberaron de la pena muerte. “Cada uno fue condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de obtener la libertad condicional”, resumió la revista “Elle”.
El caso tomó un giro gracias al boom de la serie y las tías de los hermanos testificaron 35 años después del crimen. Joan VanderMolen, hermana de Kitty Menéndez, fue la primera en testificar y habló sobre las presuntas agresiones que los hermanos sufrieron en su infancia. A punto de cumplir 93 años, calificó de “inconcebible” la situación que vivieron sus sobrinos, informó Infobae. “Ningún niño debería soportar lo que Erik y Lyle tuvieron que enfrentar a manos de su padre”, declaró la tía. Por estos días, tienen 53 y 56 años.
Terry Baralt, de 85 años y hermana de José Menéndez, también testificó a favor de sus sobrinos. “Treinta y cinco años es mucho tiempo”, le recordó al juez. “Hemos perdido a quienes ya no están, pero también extrañamos a esos chicos. Me gustaría ver un poco de indulgencia. Ellos han rehabilitado sus vidas y han hecho muchas cosas buenas en prisión”.
El fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, aceptó reexaminar el caso. Previo a la audiencia, recomendó que los hermanos volvieran a ser sentenciados a una pena más baja que los haría inmediatamente elegibles para la libertad condicional. El fiscal celebró esfuerzos de rehabilitación de los hermanos en prisión como sus logros educativos y contribuciones a la comunidad.
No todos los familiares apoyan a Erik y Lyle. Un abogado del hermano de Kitty Menéndez, Milton Andersen, calificó a los hermanos de “sangre fría” y dijo que sus “acciones destrozaron a su familia y dejaron un rastro de dolor que ha persistido durante décadas”. Andersen cree que sus sobrinos deberían permanecer en prisión por su “acto atroz”.
El juez dejó pactado el 30 de enero la próxima audiencia porque la defensa busca sentenciar nuevamente a los hermanos.