En el mundo que hoy habitamos, no estar al tanto de lo que ocurre es difícil. De alguna u otra forma estamos rodeados de información y con internet las noticias tardan segundos en recorrer el mundo. La invasión rusa a Ucrania es un hecho, pero el Kremlin piensa lo contrario. Y en su afán de justificar lo injustificable, ha decidido controlar la prensa en cuanto a su vocabulario a la hora de referirse al tema.
Cuando comenzaba la invasión rusa a Ucrania el director de Nóvaya Gazeta publicó una carta editorial en video que se titulaba “En contra de la guerra”. Días después el material audiovisual había sido sustituido por una foto del director junto a al texto: “Material borrado por orden de la fiscalía y Roskomnadzor (supervisor federal de los medios)”.
Este fue el solo comienzo de la censura de los medios. Este fin de semana las autoridades ordenaron a una decena de canales de televisión y periódicos rusos, eliminar todo el contenido donde aparezca la palabra “guerra”. Al ser una orden, tendrá sus consecuencias si no se cumple. Y el castigo por no obedecer es el bloqueo de la web y multas millonarias.
Según Roskomnadzor, la prensa rusa ha funcionado “bajo la apariencia de mensajes fiables y hay información socialmente significativa que no corresponde con la realidad“. Y es ahí cuando ejemplifican que han denominado de “ataque, invasión o declaración de guerra” a la “operación especial rusa”, como debería ser oficialmente.
De esta forma, incluso los medios más críticos han tenido que recurrir a eufemismos para hablar de la guerra. Aunque algunos han encontrado su forma, como titular “no es una guerra, es una operación especial”. Sin embargo, la censura va más allá del uso de palabras. El Ministerio de Defensa no da detalles de sus compatriotas caídos. Solo afirma que “lamentablemente, hay compañeros muertos y heridos”. Casi no se publican imágenes sobre la guerra misma y la destrucción de casas, vehículos y muertos.
Una situación que no es nueva, ya que pareciera ser que ante las grandes polémicas de Rusia, el Kremlin siempre opta por no mostrar a sus ciudadanos lo que está ocurriendo, como si se tratara de otro país. Incluso ocurrió con el coronavirus. Al comienzo de la pandemia, Telegram y Twitter lograron quedar como medios independientes, y solo ahí se podía ver la magnitud de los hospitales llenos. Luego de dos años, las personas no creen en las imágenes que en los medios.
Ahora, la situación es la misma. Y tras días de invasión, las imágenes que todos vemos, no aparecen en los informativos rusos. Ni si quiera saben si hay víctimas entre los soldados rusos. Las cadenas televisivas están controladas por empresarios poderosos o directamente por el Kremlin. Siendo los únicos fallecidos que muestran aquellos de las zonas separatistas del Donbás. Es más, el canal estatal Pervy Kannal, llama a esta invasión “operación bélica especial para la defensa de las repúblicas de Donetsk y Lugansk” y la califica como una “intervención humanitaria”. Este canal y Rossiya 24 no muestra las consecuencias de los bombardeos. Y aseguran que el Gobierno ucraniano está manipulado por fuerzas “neonazis” y ha emprendido un “genocidio” contra la población rusoparlante, la que vive en ciudades bombardeadas por Rusia como Kiev y Járkov.
Dozhd, la única televisión independiente de Rusia, sí muestra la destrucción de los bombardeos. Y su director, Mijaíl Zygar, llamó a parar la guerra. “Esta es nuestra vergüenza, pero lamentablemente también la de nuestros hijos, una generación de rusos muy jóvenes y no nacidos, que tendrán que asumir la responsabilidad de ello“, escribió. Y agregó: “No nos creemos las afirmaciones de Vladímir Putin de que el pueblo ucranio está bajo el dominio ‘nazi’ y necesita ser ‘liberado’. Exigimos el final de esta guerra“.
En Rusia apenas hay medios independientes y la mayoría son tildados de extranjeros. Novaya Gazeta abrió su edición impresa este viernes con el titular “Rusia bombardea Ucrania” sobre un fondo negro. Junto a él, el mensaje de su director en ruso y ucranio: “La redacción considera esta guerra una locura. La redacción no considera a los ucranios enemigos ni la lengua ucrania la lengua del enemigo”.
Aún con la censura y las presiones, los periodistas se manifiestan sobre la guerra. “Nosotros, corresponsales de los medios rusos y expertos que escribimos sobre la política exterior de Rusia, condenamos la operación militar lanzada en Ucrania. La guerra nunca ha sido ni será una forma de solucionar conflictos y no tiene justificación”, dice una carta oficial de una lista firmada por periodistas de medios críticos, oficiales y de agencias de información.
Pero la carta de estos periodistas no ha sido el único manifiesto ruso contra la guerra. La comunidad científica y reporteros de esta área publicaron: “Los intentos de usar la situación de Donbás como pretexto para lanzar una operación militar no inspiran ninguna confianza (…) y habiendo desatado la guerra, Rusia se condena al aislamiento internacional, a ser un Estado paria. Esto significa que nosotros, los científicos, no podremos trabajar con normalidad”. Quienes además advierten que vendrá “una mayor degradación cultural y tecnológica para Rusia” por haber dado “un paso a ninguna parte”.