Esta semana, el rey Carlos III y David Beckham coincidieron públicamente en uno de los eventos más emblemáticos del calendario británico: el Chelsea Flower Show. El encuentro se dio mientras, al otro lado del Atlántico, sus respectivos hijos protagonizaban otro capítulo inesperado en la narrativa de las dinastías modernas.
El 19 de mayo, el monarca y la reina Camila recorrieron los jardines de la Royal Horticultural Society en Londres. En su visita, rindieron tributo a sus mascotas en el jardín de perros RHS y BBC Radio 2, donde incluso se incluyeron los nombres de sus canes: desde la recordada Beth hasta la nueva cachorra Moley.
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Uno de los momentos más comentados del evento fue la presentación de una nueva flor dedicada a la princesa de Gales. Catherine’s Rose, una variedad de pétalos rosa coral con notas de Turkish Delight y mango, fue creada para honrar su compromiso con el poder curativo de la naturaleza. Los fondos recaudados por su venta beneficiarán a The Royal Marsden Cancer Charity, organización donde Kate recibió tratamiento recientemente.
David Beckham, presente en el evento, saludó afectuosamente al Rey, marcando así un reencuentro que captó la atención de los asistentes. Pero mientras los flashes se concentraban en Londres, otro vínculo Beckham-Windsor cobraba vida, esta vez en California.
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Según confirmó People, el príncipe Harry y Meghan Markle compartieron una cena privada con Brooklyn Beckham y Nicola Peltz en Montecito. El encuentro se realizó en casa del CEO de Paramount, Brian Robbins, y su esposa Tracy Robbins, cercanos a los duques de Sussex. La reunión, explican fuentes, no fue organizada directamente por Harry ni Meghan.
“Brooklyn y Nicola fueron invitados antes de las múltiples celebraciones de cumpleaños de David, así que el momento fue pura coincidencia”, señaló un informante. “Aunque fue una reunión íntima, también asistieron otros invitados VIP y ejecutivos de cine. Brooklyn y Nicola lo pasaron muy bien y encontraron que Harry y Meghan fueron especialmente amables, atentos y generosos“.
La cena llega en un contexto de tensiones familiares para ambos clanes. Brooklyn y Nicola estuvieron ausentes del reciente cumpleaños número 50 de David Beckham, a pesar de haber sido invitados.
“La relación no está rota irremediablemente”, agregó la fuente. “Lo aman y siempre están para él. Solo están dolidos y decepcionados de que ya no forme parte activa de la vida familiar”.
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En paralelo, el distanciamiento entre Harry y su padre persiste. En una entrevista concedida el 2 de mayo a la BBC, el príncipe fue categórico. “Mi padre no quiere hablar conmigo”, reveló.
Y confesó no saber “cuánto tiempo le queda”, en referencia al tratamiento contra el cáncer que atraviesa Carlos III. Aun así, el príncipe expresó: “Me encantaría reconciliarme con mi familia. No tiene sentido seguir peleando”.