Luego de haber cumplido apenas un mes y medio como rey, Carlos III ya ha tenido a dos primeros ministros a su servicio. Y hoy el monarca ha dado el relevo de Liz Truss, la primera ministra con el mandato más breve de la historia del Reino Unido.
Ahora el turno es del multimillonario Rishi Sunak, elegido ayer como el nuevo líder del Partido Conservador por sus compañeros del parlamento británico. Y quien ya sonaba entre los nombres posibles.
La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, escenario habitual del nombramiento de los primeros ministros hasta el pasado septiembre, cuando Isabel II nombró a Liz Truss en el Castillo de Balmoral debido a su salud.
Conocido comúnmente como la ceremonia del “besamanos” (aunque ya no se bese la mano del rey), el acto de nombramiento del nuevo primer ministro se ha desarrollado también como de costumbre. Eso sí, con algunas diferencias en la puesta de escena con respecto al reinado de la fallecida monarca.
Siguiendo el protocolo, primero ha sido Liz Truss quien ha llegado al palacio Buckingham para presentar su dimisión al monarca. Acto seguido, Carlos III ha recibido a Rishi Sunak para encargarle que forme un nuevo gobierno en su nombre.
A diferencia de la Reina Isabel II, quien residía en Buckingham y se encontraba ahí para celebrar sus audiencias, el Rey Carlos ha llegado a palacio en auto la misma mañana -y es que el monarca sigue viviendo en Clarence House, su residencia como príncipe de Gales-.
Se preveía que Carlos III procediera de la misma manera con los sucesivos primeros ministros a los que nombre en su reinado. Y es que según ha trascendido, el Rey desea seguir residiendo en Clarence House y acudir a Buckingham solo para aquellos actos solemnes que lo requieran.
Otra diferencia se ha marcado en la habitación del Palacio escogida para la ceremonia. Mientras que la reina Isabel II solía nombrar a sus primeros ministros en una sala azul, la llamada sala de las audiencias de Buckingham, Carlos III ha recibido a Sunak en otra distinta. Concretamente, en la conocida como Sala 1844, llamada así por la audiencia que se llevó a cabo en ella en 1844 con el zar Nicolás I.
Se trata de una habitación de mayor tamaño y con aspecto mucho más solemne que la azul, en la que la reina Isabel II solía colocar fotos de sus familiares. El último detalle que quiso diferenciar Carlos de su antecesora es que, según recoge la prensa británica, el monarca ha alargado su reunión con el nuevo primer ministro a 40 minutos, bastante más tiempo que el cuarto de hora del que solía emplear la Reina Isabel II para recibir a sus nuevos primeros ministros.