Jeffrey Epstein fue acusado de tráfico sexual de menores y llevado a prisión en julio de 2019. Un mes después se suicidó. Las autoridades han revelado que el empresario usó el teléfono de la zona de duchas horas antes de su muerte. Algo que ha incrementado las dudas con respecto al rol de los guardias.
Si bien el financista se suicidó en 2019, antes de poder enfrentar los cargos, su muerte sigue teniendo cabos sueltos. Y es que se ha revelado que el acusado realizó una llamada no supervisada durante la misma noche de su muerte. ¿Lo extraño? Ese llamado habría sido utilizado para “hablar con su madre”, según los registros de la cárcel de Nueva York. Sin embargo, aquella mujer falleció en 2004.
¿Con quién habló Epstein entonces? Dicha extraña llamada se enmarca precisamente en el incierto escenario que rodea la muerte del empresario, de acuerdo al Departamento de Justicia estadounidense. Uno con irregularidades cometidas por los guardias de seguridad del Centro Penitenciario Metropolitano de Nueva York y que habrían facilitado la muerte del prisionero el 10 de agosto de 2019.
Según informó el medio británico The Sun, a Epstein se le permitió realizar una llamada telefónica sin vigilancia pocas horas antes de su muerte. El destinatario, su madre, muerta hace 15 años. Un oficial de la penitenciaría donde estaba recluido reveló que puso al hombre a realizar su llamada en la zona de las duchas. Ya que, según explicó, así se aseguraba de que “no pudiera tirar del cable del teléfono a su celda donde podría usarlo para dañarse”.
Evidentemente, el llamado de Epstein no fue a su difunta madre. Por lo que la investigación del Departamento de Justicia lo ha identificado como “individuo uno” en su informe. Además, unDirector Regional del Noreste dijo al equipo de investigación federal que la conversación telefónica que mantuvo el empresario era preocupante. “No sabemos qué ocurrió en esta llamada”, afirmó director. Y agregó que “Podría haber conducido potencialmente (a la muerte de Epstein), pero no lo sabemos y nunca lo sabremos”.
Dichas irregularidades en el control de este llamado han sido calificadas, por parte del Departamento de Justicia, como negligencia y mal desempeño de los guardias. Esto, porque el resultado de su desprolijidad fue precisamente el suicidio de Epstein.
El inspector general del organismo, Michael Horowitz, señaló que la Oficina de Prisiones no le asignó al prisionero un compañero de celda, algo que era parte del protocolo antisuicidio. Además, agregó a esta combinación de negligencias que hubo problemas con las cámaras de vigilancia, las cuales estaban en negro desde finales de julio. Y resaltó que el prisionero tenía demasiada ropa de cama. Esto último, un evidente y conocido factor de riesgo. Y el finalmente utilizó para quitarse la vida.
Horowitz reiteró los hallazgos de investigaciones anteriores, las que afirman que no hubo actividad delictiva, anulando toda teoría conspirativa. Por otra parte, repitió ciertas aseveraciones, como el de hecho de la sobrecarga de trabajo a la que estaban sometidos los guardias en ese momento. E Identificó a 13 empleados que tenían “pobre desempeño” y sugirió cargos contra seis.
Thomas y Tova Noel, tan solo dos de los guardias que tenían a su cargo a Epstein dicha noche, evitaron la cárcel gracias a un acuerdo de culpabilidad. Esto, porque admitieron falsificar los registros.
Por último, otro de los factores que señalan a la seguridad se refiere a que la muerte de Epstein se produjo poco más de dos semanas después de que lo encontraran en su celda con moretones en el cuello, en un posible intento de suicidio el 23 de julio de 2019.
En ese momento, cuando aún tenía compañero de celda, éste dijo a los oficiales que Epstein había tratado de ahorcarse. Por lo mismo, fue puesto en vigilancia de suicidio por las siguientes 31 horas.
El informe del inspector también reveló que el sistema de cámaras de seguridad de la instalación se encontraba descuidado, que la prisión tenía graves problemas estructurales y contaban con poco personal. De acuerdo con The Sun, la Oficina de Prisiones anunció el cierre del Centro Correccional Metropolitano en agosto de 2021, argumentado por la necesidad de mejorar las condiciones en la instalación. Desde entonces, no ha vuelto a abrir sus puertas.
Recordemos que Gishlaine Maxwell fue condenada a 20 años en prisión por ayudar a Jeffrey Epstein en el abuso sexual de niñas adolescentes. Los crímenes cometidos por la mujer, ocurrieron entre 1994 y 2004.
Por su parte, el 29 de agosto de 2019, 9 días después de la muerte de Epstein, el caso en su contra se cerró después de que el juez Berman desestimara todos los cargos de tráfico sexual. Sin embargo, expresó su apoyo a los acusadores de Epstein. Los fiscales se opusieron al fallo y declararon que continuarían una investigación en busca de posibles co-conspiradores.