Todo el Reino Unido se sumió en la preocupación tras un comunicado emitido por el Palacio de Buckingham, donde se anunció que la monarca británica había tenido que cancelar su visita a Irlanda del Norte. Una noticia que impactaba luego de 15 años en perfecto estado de salud y sin ningún justificante médico.
Sin embargo, la reina retornó a su agenda el jueves pasado de forma online, transmitiendo el mensaje de que todo seguía como siempre y no había nada de qué preocuparse. Y, aunque el Palacio aseguró que se encuentra de muy buen humor, una fuente cercana reveló a The Times que al parecer Isabel II se encontraría «agotada».
Y tiene sentido, pues tras la vuelta a la presencialidad luego de largos meses de confinamiento y restricciones sanitarias, este año la reina cuenta con una agenda repleta. Sobre todo luego de la muerte del duque de Edimburgo, ya que, según fuentes cercanas, no querría comer sola ningún día desde entonces.
En una combinación compromisos familiares, sociales y responsabilidades con la corona, la vida de la reina se ha vuelto cada vez más ajetreada, y con su salud mucho más delicada que años anteriores, al parecer una compañía constante tendría que ser tomada en consideración.
Así lo aseguró el tabloide Sunday Telegraph, quienes aseguraron que la reina tendrá que asistir acompañada de algún familiar cercano en todos sus compromisos para «evitar que los asistentes se sientan defraudados en caso de necesitar retirarse». Y, aunque no ha habido confirmación por parte del Palacio, una fuente perteneciente a la familia real explicó al diario The Times: «No es nada raro que su majestad acuda acompañada por algún familiar».
Una decisión que según muchos se estaría tomando para conservar sus energías. Esto, porque el año que viene su presencia es requerida en la celebración de sus 70 años de reinado, que sin duda querrán festejar de la mejor forma y para la que por supuesto la monarca de 95 necesitará al menos un tiempo de descanso para recobrar fuerzas.