Las comedias románticas han vuelto en gloria y majestad, qué duda cabe. Pero así como tantas son las nuevas audiencias, el género se ha diversificado. Hace algunos meses vimos arribar en cartelera a la primera de su especie para público LGBTIQ con Bros, y a partir del estreno de Quizás para Siempre y de la secuela de Lo que Ellas Quieren en mayo próximo, se abre la vertiente de comedias románticas para público adulto y adulto mayor, con actores gloriosos que se encuentran en ese rango etario. A saber: Susan Sarandon, Richard Gere, Jane Fonda, Candice Bergen, William H. Macy, y la que se repite en ambas: la inefable Diane Keaton, haciendo un poco de ella misma en todas, pero siempre se agradece.
El gancho para entrar a estas historias son sus nombres. Su presencia es garantía de calidad. Nada malo podría salir de ahí. O al menos algo medianamente bueno. Y ya, sí, siendo generosos con Quizás para Siempre, podríamos tacharla como una experiencia “medianamente satisfactoria”. Todo depende del prisma y la generosidad con que se la mire. Pero antes de entrar en materia, veamos de qué va este caramelito que al menos al mirar el afiche y leer los nombres de los involucrados, nos invita impulsivamente a comprar el ticket.
Después de una introducción bastante fuera de ritmo, donde los créditos aparecen a la vieja usanza (o como aun lo hace Woody Allen, pero Woody Allen es Woody Allen) bajo un fondo negro y letras en blanco, nos enteramos que esta historia fue escrita y dirigida por Michael Jacobs, a quien no se le conoce una gran filmografía anterior, y que se basa en unos textos de su propia autoría, suponemos que como una suerte de manuales de vida en pareja sacados de su propia experiencia. Vaya uno a saber. Las primeras escenas de este filme nos presentan a dos parejas, por un lado Susan Sarandon con Richard Gere, y por otro lado Diane Keaton con William H. Macy, la primera compartiendo un momento íntimo, y la otra recién conociéndose dentro de una sala de cine. Por los decorados y la ambientación, todo esto ya nos parece digno de presupuesto de telefilme, pero sigamos. Ambas parejas, como ya podemos imaginar, tienen otra pareja, que es la oficial, en algún otro lugar.
En paralelo, dos veinteañeros (Emma Roberts y Luke Bracey) asisten como dama y caballero de honor, respectivamente, a la fiesta de matrimonio de una pareja de amigos. Y a partir del lanzamiento del ramo, deciden casarse. Llegan a sus casas, se los comunican a sus padres, y ahí es donde nos damos cuenta que los cuatro anteriormente nombrados son matrimonio pero que tienen sus amantes intercambiados y que son los padres de estos jóvenes. Sucede que dado el compromiso de ellos, tendrán que conocerse y se darán cuenta ahí de todo el enredo. Todo esto, que en otras manos en la dirección, en el guion y en el montaje suena y podría verse muy atractivo y ágil, aquí es contado de una forma tan tradicional, como plana y lánguida. Este debe ser el peor de los pecados de Quizás para Siempre.
El otro gran pecado, y que potencia este opaco curso de los acontecimientos, es un cierto tono moralizante y de libro de autoayuda, que en este caso lo carga y toma equivocado protagonismo en el personaje que encarna William H.Macy, como un señor en extremo emocional, atormentado, cansado de la vida que lleva, en resumen: una lata, y que entabla un intento de vínculo sentimental con el personaje de Diane Keaton, otra señora de vida aburrida, que tiene de esposo a un Richard Gere sin ánimo de estar en esta película y a una Susan Sarandon que le pone empeño en su rol de señorona vampiresa come hombres, un personaje que está a un tris de convertirse en una aburrida caricatura. Todo esto con supuestos diálogos “agudos” que buscan sacar carcajadas, pero todo está tan desestructurado a nivel dramático y con un ritmo tan plano y desganado, que no brilla por ningún lado.
Quizás para Siempre es la prueba fehaciente de que un gran elenco no es garantía de éxito. Pero también que así como en los tiempos de gloria de la comedia romántica, tanto antes como ahora, los intentos fallidos van a ser muchos, lo importante es que el género no muera.
Quizás para Siempre se estrena este jueves 9 de marzo en todos los cines del país.