Nada en la vida de Daisy Edgar-Jones en los últimos años admite el calificativo de normal. Por ejemplo, que su primer gran papel protagonista se haya convertido en una sensación mundial o que sus looks copen los titulares de las principales portadas de las revistas moda internacional. Y que todo esto lo hubiese logrado en pleno periodo de pandemia. La paradoja en su caso es que el origen del éxito que ha logrado a partir de su trabajo, lo ha hecho desde la normalidad como bandera de lucha. Interpretar a Marianne en Normal People, la versión televisiva de la celebrada y muy vendida novela de Sally Rooney, catapultó a la fama a esta londinense completamente desconocida hace poco más de un año.

“La gente conectó con la serie porque trata temas con los que todos nos sentimos identificados: la sensación de crecer, de descubrir quién eres, de enamorarte por primera vez o de experimentar la angustia que a veces sigue a ese amor”, explica la actriz sobre la clave del éxito de la miniserie, que incluso ha superado las altísimas expectativas que se pusieron sobre ella desde el minuto que se anunció la adaptación de esta joya de la literatura moderna. En su primera semana de estreno en la plataforma de streaming de la BBC, Normal People rompió el record de superar los 16 millones de visualizaciones y su éxito se replicó en todo el mundo.

La narración cuenta la historia de un romance de iniciación de dos compañeros de instituto de la Irlanda rural que no consiguen encontrar sus caminos. Parecen perfectos juntos pero para angustia de todos los lectores/espectadores, incluso algunos detalles muy simples los separan una y otra vez. Una historia que se sostiene durante 12 episodios a partir de la química de sus dos protagonistas: Paul Mescal y Edgar-Jones. La serie les regaló una fama tal que ambos están con una agenda copadísima de desfiles de moda, rostros de tiendas, pero sobre todo aparición en películas y series como The Lost Daughter de Netflix, donde vimos a Paul Mescal acompañar a Olivia Colman. Y a la propia Daisy Edgar-Jones, protagonizando Flesh, una lectura moderna de El Silencio de los Inocentes, junto a Sebastian Stan y que se estrenó en la plataforma Star+ hace alrededor de un mes. Actualmente, la actriz protagoniza la nueva serie policial de Hulu, Under the Banner of Heaven, donde comparte protagonismo con Andrew Garfield y Sam Worthington, y en los últimos días vimos tanto a Edgar-Jones como a Mescal disfrutar de ser invitados a la Gala del MET. Ambos lidian con una fama más ambiental que palpable debido a la crisis sanitaria, una situación “extraña pero positiva”, según la actriz.

Y aunque confiesa que su rutina no ha cambiado demasiado, Daisy además sumó a su agenda haberse convertido en el rostro de Jimmy Choo durante esta temporada, “me gusta llevar tacones de aguja de vez en cuando y creo que son un símbolo de empoderamiento femenino. Sentirse empoderada es un estado de ánimo”, confiesa a partir de los outfits que tuvo que lucir para la campaña en cuestión.

A sus 22 años, esta hija de una editora y de un productor de documentales televisivos ha experimentado la rareza de convertirse en un fenómeno global y lo hizo en una época donde no tuvo que pasearse por alfombras rojas ni ir a late shows, producto de la pandemia del COVID-19. Eso, al menos en un primer momento, porque ahora todo parece estar volviendo a la normalidad. De esos días recuerda: “habré concedido más de 100 entrevistas, quizá incluso el doble. Durante el confinamiento hubo un momento en el que ya no tenía tops más elegantes que ponerme y tuve que empezar a rescatar algunos antiguos que tenía en mi closet. Siempre me ha interesado la moda, así que disfruté el desafío”. Un desafío que le ha significado convertirse en una de las actrices revelación más estilosas del momento y cuya chasquilla imperfecta marca tendencia en todos los tutoriales de belleza que proliferan en YouTube.

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Daisy cree que una de las claves del éxito de Normal People se entiende por la manera en la que refleja el primer amor: “Todos hemos amado y perdido en alguna ocasión y muchísima gente siente nostalgia por el primer amor”. Esa intimidad, traducida también en la calidad y cantidad de las escenas sexuales presentes durante la serie ha sido uno de los aspectos más controvertidos. Incluso la propia Katy Perry manifestó en su cuenta de Twitter que la serie debería ser rebautizada como “Tenemos mucho más sexo que la Gente Normal”.

Y es que la historia de estos dos desconocidos unidos por una complicidad que, según la actriz británica, traspasó la pantalla desde el primer momento parece haber sido la clave de este encantamiento que tiene en la cima a ambos protagonistas: “Somos muy buenos amigos y en muchas ocasiones sentíamos tanta compasión que queríamos facilitar que nuestros personajes se comunicaran más entre ellos. Parecíamos unos fans de Sally Rooney tratando de adaptar el libro”. Lo cierto es que el intento les resultó más que bien.