Revista Velvet | ¿Quién es Anitta? La artista brasileña más popular del mundo que vendrá a Viña 2024
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¿Quién es Anitta? La artista brasileña más popular del mundo que vendrá a Viña 2024

¿Quién es Anitta? La artista brasileña más popular del mundo que vendrá a Viña 2024
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¿Quién es Anitta? La artista brasileña más popular del mundo que vendrá a Viña 2024

POR equipo velvet | 15 febrero 2024

Por Felipe Rodríguez

Convertida en la artista de ese país más popular en el mundo, la mujer de 30 años encadena un hit tras otro. Sin pelos en la lengua, se manifestó contra Jair Bolsonaro, se declara bisexual y se desvinculó de su ex disquera alegando un mal trabajo. Muy popular en Chile, aterriza en el Festival de Viña a promocionar su trabajo más ambicioso, “Versions of me” (2022), y acaba de estrenar una canción con Peso Pluma, otra de las máximas estrellas de la región que estará en la Quinta Vergara.

Los contraste son una de las historias más clásicas en la música. En algún momento puedes ser un artista subvalorado o poco reconocido. Luego, explotas y todos bailan tus canciones. Con Anitta (30), la estrella brasileña más global –y más célebre en esta parte del mundo desde Roberto Carlos y Caetano Veloso–, su trascendencia en Chile en pocos años es brutal. Hace menos de cinco temporadas debutó en solitario en el país para poco más de mil personas en el Teatro Teletón. Ahora, es uno de los números principales del Festival de Viña (actuará el miércoles 28 de febrero) y en Spotify sus fanáticos chilenos son legión: tiene 840 mil oyentes mensuales y sólo la escuchan más en Sao Paulo, Río de Janeiro y Ciudad de México.

Las cifras son impactantes. Principalmente, porque se necesitan los dedos de una sola mano para enumerar a músicos brasileños de alta repercusión en Chile. Y Larissa de Macedo Machado, el nombre real de Anitta, es un caso atípico.

La sexy estrella pop partió cantando junto a su abuelo en iglesias los domingos por la mañana en su natal Río de Janeiro y, antes de cumplir 7 años, ganó un concurso de arte en un colegio privado de su ciudad, que le permitió obtener una beca de estudios. Ese fue el germen de una trayectoria que, en menos de una década, la hizo expandirse más allá de sus fronteras y plantar su nombre con letras doradas en la música urbana.

Su aparición fue casual. En un momento de aburrimiento, Anitta subió a YouTube un video en que interpretaba una canción ocupando un desodorante como micrófono y las redes sociales explotaron. De ahí a su disco debut homónimo (2013) –el trabajo más pop a la fecha–, su ascenso fuera tan imparable que en el cierre de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, cantó junto a dos colosos: Gilberto Gil y Caetano Veloso.

“Fue un orgullo y una satisfacción enorme. Era la única mujer entre dos gigantes de la música brasileña y, a la vez, estaba cantando para una audiencia mundial. Aunque en mi país somos más de 200 millones de personas, esa actuación, pese a su brevedad cambió mi vida. Muchos fuera de Brasil escucharon por primera vez mi nombre y comenzaron a seguir mi música”, afirmó en el diario Folha de Sao Paulo.

Fanática de Britney Spears, la solista carioca es una mujer de su época: no esconde sus gustos personales y tiene opinión sobre la realidad mundial. A sus treinta años se declara bisexual, cuenta que se ha realizado varias cirugías estéticas –la portada de su último álbum, “Versions of Me” (2022), contiene varias imágenes de su evolución facial– y se declaró feliz tras el triunfo de Lula ante el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Algunos medios dijeron que le gustaba la controversia, porque en el peor periodo de la pandemia invitó a sus seguidores en Instagram –que, en esos días, eran 50 millones y hoy son casi 65 millones– a una conversación en directo con un diputado socialista sobre una medida legal que planteaba recortar los derechos de autor de los artistas.

“Muchos pensarán que defender los valores en los que creo me convierte en una mujer polémica, pero es algo tan sencillo como no ser hipócrita y alzar la voz cuando sea necesario. Creo que en las últimas elecciones, la extrema derecha no ganó porque muchísimos artistas nos unimos para denunciar la violencia y la injusticia que se vive en Brasil, y aun así nos quedamos apenas dos millones de votos por encima. El pueblo no gana estando dividido”, manifestó en el diario El País de España.

ESTRELLA GLOBAL

Cuando Warner Music, su excasa discográfica, la llevó a Madrid para promocionar su segundo disco, “Ritmo Perfeito” (2014), Anitta comprendió de inmediato que debía aprender español. En ese viaje, apenas entendía lo que le decían y tampoco le ayudó la traductora. A su regreso a Brasil, pensó dos cosas. Primero, si quería ampliar su audiencia, debía entender el castellano. Y, además, cantar en ese idioma le abría la posibilidad de realizar duetos con artistas latinos consagrados.

Así, estudió español y las puertas se abrieron más fácilmente. Hizo canciones exitosísimas con Maluma –con quien se le ligó sentimentalmente por unos meses–, J Balvin –el hit “Downtown”–, también con Madonna, Chencho Corleone y Cardi B, entre otros. Pero de la misma manera sumó desaguisados. No le gustó lo hecho por su antiguo manager y durante cinco años –entre 2014 y 2019– negoció personalmente cada uno de sus contratos. Fue una situación desgastante porque, decía, “debía estar preocupada de todos los aspectos del negocio. No sólo el artístico, que era el más relevante”.

Sin embargo, el trabajo rudo rindió sus frutos. Dos documentales en Netflix atestiguaron su desarrollo y su triunfo profesional, trabajó en un par de teleseries y se sumó a la séptima temporada de la serie “Elite”, una de las de mayor audiencia en streaming.

Paralelamente, su cambio estilístico también fue notorio. Si en sus primeros dos álbumes su música linkeaba con el pop y el funk típicamente carioca, su evolución se adhirió a la música urbana, el género rey de la actualidad.

“El reggaetón, por lo general, en Brasil no estaba muy internalizado hasta hace algunos años. De hecho, músicos muy famosos como Bad Bunny no tienen una gran audiencia en mi país. Pero ahora los jóvenes lo escuchan y lo siguen. Es el estilo más popular”, declaró al importante diario The Washington Post.

Esa apuesta por la masividad, sustentada en su carisma y en su orgullo por su origen humilde, la puso en la pole position de la música brasileña de las últimas cinco décadas. Actualmente, está en el puesto 117 de las más escuchadas en Spotify a nivel planetario, obtuvo el American Music Awards en la categoría Mejor Artista Latina, fue nominada a Artista Revelación en los Grammy y tuvo dos candidaturas más en los Grammy Latinos.

Su más reciente trabajo, “Versions of Me” (2022) –que es el plato fuerte de lo que presentará en unas semanas más en el Festival de Viña–, es el más ambicioso de su carrera. No sólo por una canción de ritmo pegajoso, fiestero y ultrabailable como “Envolver” –con casi 600 millones de reproducciones en Spotify–, sino porque incluye canciones en inglés, portugués, italiano, español y francés.

A ese vertiginoso ritmo laboral le añade continuos singles como el recién estrenado “Bellakeo”, junto a la estrella mexicana del momento –y que también actuará en Viña–, Peso Pluma. “La inspiración puede surgir en cualquier momento. ‘Envolver’, por ejemplo, nació en unas vacaciones familiares en República Dominicana. Creo que la estructura del tema se dio en uno o dos días. Nunca se sabe cuándo se hace un hit”, afirmó en Globo Televisión.

Más allá de la música, una de sus últimas novedades fue la desvinculación de Warner, su disquera por once años, por lo que llamó, “su deficiente trabajo”. Estaba molesta porque la compañía sólo se guiaba por las reproducciones en TikTok para dirigir su campaña, en lugar de realizar un trabajo a largo plazo con canciones que ella creía tenían mucho más potencial.

“Ahora puedo decidir mi camino y si me va mal, no me importa. Cuando era pobre y anónima, era igual de feliz que ahora”, dice Anitta. Convencida de que el mundo está en sus manos.

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