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No sucede demasiado a menudo que el entrevistador de un personaje famoso sea tan interesante o más que su entrevistado. La noche del domingo, el príncipe Harry le concedió la primera de las entrevistas a modo de promoción de sus memorias a Anderson Cooper para el programa 60 Minutes de CBS. Tan conocido por parte del público estadounidense como el duque de Sussex, Cooper cumple con todos los requisitos para empatizar con el hijo menor del Rey Carlos III. Y es que, al igual que Harry, Anderson desciende de una poderosa y famosa familia, y ha sufrido las pérdidas de algunos de sus seres queridos.
Nacido en Manhattan en 1967, el popular periodista pertenece por parte de madre a la familia Vanderbilt, una de las dinastías más famosas de la historia de Estados Unidos junto a la de los Kennedy o Rockefeller. Esto, debido a la fortuna que amasó su fundador, Cornelius Vanderbilt, una figura imprescindible en la historia de la industria del ferrocarril y los barcos en EEUU.
Su madre, Gloria Vanderbilt, fue uno de los llamados “cisnes” del famoso escritor Truman Capote, la famosa “pobre niña rica”, además de una conocida diseñadora de moda y artista. En cuanto a su padre, Wyatt Emory Cooper, fue escritor y trabajó de guionista en Hollywood. “Creo que soy muy parecido a mi padre. Incluyendo que somos muy parecidos físicamente y que tenemos un sentido del humor muy similar, y nos apasiona contar historias”, declaró en alguna ocasión Anderson Cooper.
Al igual que el príncipe Harry, Anderson Cooper experimentó desde muy pequeño lo especial que era su familia para el resto del mundo. Siendo solo un niño, la famosa fotógrafa Diana Arbus lo retrató para la revista Harper’s Bazaar. Mientras que con solo tres años apareció junto a su madre en el programa The Tonight Show.
Acostumbrado a los flashes de las cámaras, Cooper comenzaría una carrera en el modelaje a los 10 años, trabajando para compañías como Ralph Lauren, aunque luego la vida y sus golpes le llevaría por unos desafíos profesionales muy distintos al de la moda. En 1978, Cooper perdió a su padre, muerto producto de un infarto. El periodista tenía solo 11 años, uno menos de los que tenía el propio Harry cuando murió la princesa Diana. Al igual que este, años después Cooper se fue rumbo a África, donde quiso pasar su duelo. “África fue un lugar donde olvidar y ser olvidado”, escribiría Cooper.
Más duro todavía fue el golpe que vivió en 1988. Con 23 años, su hermano Carter se quitó la vida arrojándose del departamento de su madre en Nueva York. Según Anderson Cooper, fue esta dura experiencia la que lo hizo decidirse por el periodismo como profesión. “El suicidio es una especie de tabú. La muerte de mi hermano fue algo así como un misterio, así que me interesé en cuestiones de supervivencia: por qué unas personas sobreviven y otras no. Ser corresponsal de guerra me pareció lo más lógico”, declaró.
En efecto, el periodista trabajó durante un tiempo de corresponsal en países en conflictos bélicos como Bosnia o Ruanda. Esta es otra experiencia que lo acerca al príncipe Harry, quien en sus memorias habla de su paso por el ejército británico en países como Afganistán.
En 2001, Anderson Cooper firmó contrato por la cadena CNN, cadena de la que desde entonces es uno de sus rostros más conocidos, aunque su contrato le permite colaborar con otras como la CBS, donde suele colaborar para el programa 60 Minutes.
Abiertamente homosexual, Cooper también suele hablar de su vida familiar, fue así como en 2021 publicó un libro sobre la historia de los Vanderbilt. Recientemente, también lanzó un podcast en el que explora el tema del duelo por la pérdida de los seres queridos. Algo de lo que habló en extenso la noche del domingo con el hijo de Diana.
