Hace un par de semanas, el 19 de abril, el equipo de seguridad del Castillo de Windsor corría en círculo tras el ingreso de una mujer de 44 años que aseguraba era la prometida del príncipe Andrés y tenía una cita con él para almorzar. En esa ocasión, el error fue brutal. Los guardias le hicieron señas para que entrara y pasó 20 minutos caminando antes de ser detenida en el hall de entrada.
Una semana después del hecho, Windsor ha sido víctima de otra visita de intrusos y una vez más la seguridad se ha visto en jaque.
El domingo pasado, 25 de abril, dos intrusos fueran detenidos luego de que treparan los muros de Windsor. Y, según ha informado The Sun, se trataba de un hombre de 31 años y su novia de 29. Pasearon el mismo lugar donde la Reina suele ir a pasear a sus perros o a montar a caballo. Y la policía los encontró en los terrenos que incluyen la Capilla de Todos los Santos, donde la Reina acude a misa.
La reina Isabel II es una de las personas más inaccesibles del planeta, pero la eficacia de su seguridad pone dudas sobre la mesa. Es más, no ha pasado desapercibido y los sucesos preocupan no solo a los más cercanos de la monarca. Ken Wharfe, oficial de protección personal de la princesa Diana por siete años, comentó: “Es totalmente inaceptable y vuelve vulnerable a la Reina. Esto es muy preocupante y las cosas realmente deben cambiar”.
Si bien la pareja fue arrestada, posteriormente fue puesta en libertad bajo fianza policial en espera de nuevas investigaciones. Mientras, una fuente de Palacio confesó al medio británico que “este es un lapso asombroso. Todos estaban en alerta máxima después del primer intruso y ahora esto sucede. Las cabezas podrían rodar. Es imperdonable. La pareja deambuló durante bastante tiempo antes de que alguien los viera y llamara a la policía”.
Ambos ingresos, han dejado en evidencia la ineficiencia de la seguridad, y plantea que quizás estaría mejor en Buckingham. Se sabe que la reina Isabel II ve este último como la oficina, Windsor como su casa y Sandringham como una escapada, pero los intrusos están encontrando formas muy simples de rondar por los mismos jardines por los que camina Su Majestad.
The Sun también informó que en ambos casos la reina no se encontraba en Windsor. Sin embargo, el príncipe Andrés sí estaba.