No hacer la cama en la mañana podría verse como un mal hábito o directamente desorden. Sin embargo, los expertos tienen otras teorías, las que van de diferentes enfoques espirituales, a desapego material o incluso aceptación del caos interno.

Algo tan simple como hacer la cama, puede revelar grandes detalles sobre una persona. Y es que en las distintas áreas, de la espiritual a la psicológica, este pequeño gesto guarda gran simbolismo que va más allá del orden, y puede revelar cómo alguien se relaciona con sus emociones y el mundo. Es toda una declaración.

Dicen los expertos que el entorno en el que vivimos refleja nuestro estado emocional y mental. Si nuestra casa está ordenada, transmite una sensación de tranquilidad y control, y no solo sobre nosotros mismos, sino también sobre quienes nos visitan. Por su parte, el desorden de la idea de un caos interno. Por lo mismo, hacer la cama al levantarse suele asociarse a comenzar el día con disciplina y enfoque.

En nuestra vida cotidiana, el entorno en el que vivimos refleja nuestro estado emocional y mental. Cuando nuestra casa está en orden, transmite una sensación de tranquilidad y control a nosotros mismos y a quienes nos visitan. Por el contrario, un entorno desordenado a menudo puede ser indicativo de caos interno. Hacer la cama al levantarse se asocia automáticamente a iniciar el día con disciplina y enfoque.

Los significados ocultos de NO hacer la cama

Desapego a lo material. El hecho de no hacer la cama podría ser una forma inconsciente de desapego material. Y en una sociedad que exige el orden externo y se enfoca en las apariencias, al no seguir este patrón, estas personas estarían demostrando que prefieren centrarse en lo esencial y no en lo superficial. Entonces, para ellos no hacer la cama sería una forma simbólica de liberarse de dichos estándares establecidos.

Búsqueda de libertad. Para muchos, dejar la cama sin hacer es un reflejo de una necesidad profunda de libertad. Y este simple acto puede simbolizar el deseo de romper con rutinas estrictas y la imposición de normas sociales. Quienes no hacen la cama podrían estar buscando autenticidad y vivir de manera más fluida. Es decir, no hacer la cama, sería para ellos una pequeña rebeldía cotidiana.

Aceptación del caos interno. Otra posible interpretación de este hábito es la aceptación de que la vida puede ser desordenada. Y para algunos, más allá de un descuido, es la aceptación de su propio caos emocional. Una persona que está en paz con sus imperfecciones, con su desorden interno y que no siente la necesidad de proyectar una imagen diferente al mundo. Sin ir tras la perfección, prefieren optar por una visión más flexible y comprensiva de la vida. De esta forma, no se verán juzgadas por lo que no lleguen a cumplir.

Rebelión ante el control. No hacer la cama también puede ser una forma de resistencia al control. Y es que en un mundo en el que el orden y la organización se valoran como señales de éxito y disciplina, hay otros que ven en este hábito una oportunidad para rebelarse. Al no hacer la cama, estas personas buscan promover un enfoque más relajado de la vida, donde la espontaneidad y la flexibilidad se sobreponen a la perfección constante.

Energía en movimiento. En el feng shui, práctica que busca armonizar los espacios para mejorar el flujo de energía, dejar la cama deshecha puede tener un lado positivo. Y según esta filosofía china, no hacer la cama al levantarse permite que las energías acumuladas durante la noche se disipen. Es decir, el espacio se renueva y se prepara para recibir nuevas energías. Siguiendo esta línea, no hacer la cama no sería sinónimo de desorden, sino de permitir que circule la energía.