Recién traducido al español, el libro Una Buena Vida, recoge el estudio científico más largo realizado acerca de la felicidad. Una investigación que se inició en 1939 por la Universidad de Harvard hasta la actualidad, lo que ha permitido abarcar varias generaciones y donde se buscaba responder a la pregunta: ¿Qué es lo que nos hace felices?
El libro que lideran en autoría Robert Waldinger y Marc Schulz, se lanzó en los Estados Unidos a comienzos de este año y en él podremos ver las conclusiones del Harvard Study of Adult Development (el estudio de Harvard sobre el desarrollo de los adultos), que siguió las vidas de sujetos pertenecientes a las mismas familias durante más de 80 años.
Si nos vamos a años más recientes, y eso por la amplitud de tiempo que tuvo el estudio, en 2007, el 76% de los milenials entrevistados sobre sus objetivos de vida relevaron en primer lugar la idea de “hacerse ricos” y la mitad de ellos incluyeron entre sus principales metas el de “hacerse famosos”.
Lo interesante de observar es qué contestaron 10 años más tarde estas mismas personas , ya entrados en una edad más adulta, la misma pregunta. ¿El resultado? El deseo de fama había descendido en la lista, mientras que el dinero seguía siendo un tema importante pero ya con algunos matices. Además de aspirar a una carrera profesional que generara éxitos, muchos de los entrevistados relacionaban la felicidad con “una vida sin deudas”. Lograr ese deseo, después de haber soñado con hacerse ricos, refleja un rotundo aterrizaje con la realidad.
Es importante señalar que esta larga investigación se centró mayoritariamente en población masculina blanca que residían en la ciudad de Boston, pero lo valioso del estudio es que los sujetos actualizaban datos de sus vidas de forma periódica. Esto permitió conocer las distintas trayectorias de vida, y acerca de cómo nuestros hábitos personales inciden en nuestro bienestar y felicidad.
Al analizar los datos de ocho décadas, la conclusión a la que llegaron los investigadores es que lo que ha demostrado generar una felicidad duradera no es el dinero ni el éxito profesional. Tampoco el ejercicio o una dieta alimenticia en particular, aunque ambos factores contribuyen en el bienestar de una persona. Según este estudio, el factor principal de la felicidad, es tener buenas relaciones. Las personas con una conexión más íntima con la familia, los amigos y la comunidad son más felices y además, gozan de mejor salud.
Para medir la calidad de relaciones con tu entorno, el cuestionario que recibieron los participantes fue este:
Piensa en tus 10 mejores amigos (excluyendo familia y parientes cercanos). ¿Cuántos de ellos pondrías en las siguientes categorías?
Las personas que demostraron ser más felices a lo largo del tiempo fueron las que cultivaron la primera categoría de amigos. Y lo curioso es observar que durante nuestra adolescencia y en la primera juventud tendemos a cuidar mucho a nuestra tribu de amistades íntimas. Esta puede ser una de las razones por las que recordamos esas épocas con nostalgia. En la medida que asumimos responsabilidades adultas, las amistades van quedando relegadas a un segundo o a un tercer lugar. El trabajo y otros compromisos terminan por dominar todos los espacios de nuestra vida y surge la excusa de que “no hay tiempo” para una actividad tan vital y necesaria como compartir y conectarse con otros.