Revista Velvet | “Que hablen los vestidos, no las palabras”: así es la exposición de Karl Lagerfeld en el MET
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“Que hablen los vestidos, no las palabras”: así es la exposición de Karl Lagerfeld en el MET

“Que hablen los vestidos, no las palabras”: así es la exposición de Karl Lagerfeld en el MET
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“Que hablen los vestidos, no las palabras”: así es la exposición de Karl Lagerfeld en el MET

POR Carlos Loyola Lobo | 02 mayo 2023

“No sé si él aprobaría esta exposición, siempre decía que la moda estaba en la calle, no en un museo”, explica Andrew Bolton, comisario del Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York. “Era extremadamente generoso. Nos cedía todo lo que le pedíamos, y trabajamos con él codo con codo durante la exposición dedicada a Coco Chanel en 2007”, dice Bolton. Y agrega, “Aunque una cosa era hablar de sus mentores y otra muy distinta hablar de sí mismo, no le gustaba dar detalles de su trabajo”.

Por eso, Bolton, al enfrentarse a quien, exceptuando a Coco Chanel, debe ser la figura más carismática de la moda durante el siglo XX, ha preferido “que hable el vestido, no las palabras” en una exposición que recoge más de 150 atuendos y otros tantos bocetos de Lagerfeld en sus más de 65 años de prolífica carrera, aunque la muestra dista de ser una retrospectiva cronológica, sino una exploración teórica de las obsesiones que recorrieron su particular forma de diseñar.

Tan teórica que la narración y el título de la muestra parten del tratado que el artista William Hogarth escribió en 1973, La línea de la belleza, en el que defendía que las líneas serpenteantes representaban la vida y el movimiento y las rectas lo riguroso, aburrido y lo inamimado. “Lagerfeld no habría estado de acuerdo con esa afirmación, pero sí es interesante ver cómo en su trabajo representa una tensión entre lo riguroso, lo minimalista y lo futurista y entre lo histórico y el barroco”, cuenta Bolton.

El otro punto de partida de la muestra son los bocetos y su relación con la prenda misma. “Lagerfeld veía en tres dimensiones. Si no fuera diseñador, habría sido ilustrador”, cuenta Bolton, a quien le interesa “la traducción de aquellos dibujos a prendas materializadas”. Por eso, una parte de la exposición está dedicada a sus principales jefas en el taller de diseño. El documentalista especializado en moda Loïc Pingent, entrevistó a algunas de sus manos derechas en Fendi y Chanel para averiguar cómo era ese proceso de traducción del papel a la tela y hasta qué punto la mano y la máquina se unían a la hora de crear algunas de sus piezas más memorables.

Como ya hiciera Bolton en su última exposición dedicada a la casa de modas Comme des Garçons en 2017, el comisario ha querido dividir la muestra en pares de opuestos. La oposición recto/curvo da lugar, según él, “a las categorías masculino/femenino, futurista/historicista, rococó/clásico, figurativo/abstracto o floral/geométrico, entre otras, cada sección alberga siete vestidos, que era el número favorito de Lagerfeld”.

La muestra termina con una sección dedicada al espíritu más sátiro de Lagerfeld, en palabras de Bolton “a su mente abierta, casi única, consciente de la importancia de la construcción de su personaje”. De las camisetas que llevan su silueta dibujada a los guantes que diseñó para Chanel o sus incursiones en el supermercado, en la era espacial o en el rock, “muestran que sus inspiraciones, de la música, al arte, la filosofía o la literatura, eran inabarcables”.

Tadao Ando, uno de los arquitectos favoritos del diseñador, se encargó de la puesta en escena de esta exposición. Se conocieron a finales de los noventa porque el diseñador le envió una carta expresando su admiración. Y juntos empezaron a pensar en una residencia y en un estudio en Biarritz (uno de los enclaves míticos de Coco Chanel) que finalmente no se hizo efectiva. El arquitecto quiso contraponer y unir lo curvo con lo rectilíneo en esta exposición póstuma.


Vasijas griegas, arte austriaco del siglo XVIII, imágenes de Cecil Beaton, esculturas de Giacometti. Un panel final recorre las muy diversas inspiraciones de Lagerfeld a la hora de crear sus colecciones, casi todas increíblemente mediáticas y, curiosamente, casi todas compuestas a base de infinitas capas culturales que a veces han pasado inadvertidas. Cuenta una de sus fieles amigas, Amanda Harlech, en el catálogo que acompaña a la exposición, que llegó a conocer realmente a Karl cuando este le regaló su libro favorito: El sentido de la belleza, del filósofo George Santayana: “Había una frase subrayada: ‘nuestras ideas vienen de un continuo vital y difuso y es muy difícil contenerlas antes de que se transformen en otras ideas u otros objetos“. Karl Lagerfeld: A Line of Beauty estará abierta al público a partir del próximo 5 de mayo.

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