En 2019 se corrió el rumor de una tercera persona entre el príncipe William y Kate Middleton. Los medios británicos encendieron las alarmas bajo la palabra infidelidad y al revelar que se trataba de una amiga de la ahora princesa de Gales. ¿Qué de cierto hay en dicha historia?
Puede ser solo un rumor más de Palacio, pero Rose Hanbury fue “desterrada” del mapa royal. Rose Hanbury pasó de la cercanía máxima con la entonces duquesa de Cambridge, a la indiferencia de la corona británica.
Aquella supuesta infidelidad de William comenzó como rumor de aristocracia. Sin embargo, luego hubo una fotos que lo confirmaba (más no la vimos). Entonces, en abril de 2019 el rumor impresionó, más allá de que fuera cierto o no, porque se trataba del matrimonio que parece perfecto.
El mundo de las celebridades, y la realeza, están llenas de falsos amantes. Y el origen de este rumor, quizás algo malintencionado, comenzó por una foto borrosa en la que se ve a William tomando de la cintura a una mujer que no es Kate. Ella era Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, casada con David Rocksavage, séptimo marqués de Cholmondeley, ambos muy amigos, en ese tiempo, de los actuales príncipes de Gales.
El cotilleo al respecto y los titulares inevitables afectaron a Kate Middleton directamente, ya que el supuesto engaño habría sido durante su tercer embarazo.
Rose Hanbury es exmodelo e historiadora del arte, tiene 35 años, y se casó con el millonario y aristócrata David Rocksavage, de 58, en 2009, dejando de lado su título de soltero de oro de la alta sociedad británica. Ante el escándalo, la primera reacción de los involucrados fue guardar silencio. Pero finalmente, y tal como lo hemos visto en otras oportunidades, William terminó emitiendo un comunicado. Y, a través del bufete de abogados londinense, Harbotte y Lewis, aseguró que los rumores eran dañinos y atentaban contra su privacidad, protegida por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. De cierta forma, fue la manera sutil de amenazar con acciones legales contra quien divulgara la historia.
Kate sabía que era solo un rumor, pero marcó los límites de inmediato y con ello la distancia. Sin drama alguno hizo uso de una silenciosa frialdad ante su amiga. Y aún cuando William intentó arreglar las cosas entre ellas, su esposa ya había tomado una decisión.
Fuentes de Palacio aseguran que la actual princesa de Gales no quería ni oír el nombre de la mujer que acaparaba los titulares. E incluso se llegó a hablar de una leve crisis matrimonial. Es más, hay quienes dicen que la separación de William y Harry comenzó a partir de ese momento, cuando el hermano menor le reprochó al mayor su descuido, teniendo precisamente en cuenta los antecedentes de sus padres.
Han pasado varios años de la supuesta infidelidad de William y los príncipes de Gales han reforzado su imagen de perfección. Hoy brillan más que nunca y tienen un importante rol dentro de la Casa Real. Por su parte, los Windsor y los Cholmondeley no han dejado de coincidir, pero Kate se encargó de que Rose no volviera a aparecer a su lado en ninguna recepción o acto público. Incluso llegaron a realizar operativos para que en ciertas cenas de protocolo inevitables, ambas quedaran completamente en los extremos y no se toparan en ningún momento de la velada.
Ahora bien, la distancia que puso Kate no fue precisamente algo simple. Y es que la abuela de Rose, Lady Rose Lambert, fue dama de honor de la boda de Isabel II en 1947. En 2017, por ejemplo, los marqueses asistieron a la cena de gala ofrecida en Buckingham en honor a los reyes españoles Felipe y Letizia. Y, entre otras ocasiones, ella y su familia estuvieron invitados a la cena de gala ofrecida por la reina a los Trump durante su visita a Gran Bretaña, en junio de 2019. Es decir, tan solo meses después que los rumores salieran a la luz.
Una vez un rumor de infidelidad, entonces siempre volverán. Y durante el verano europeo, las palabras “Prince William Affair” se viralizaron rápidamente. Aún cuando nuevamente la publicación original fue borrada de inmediato. Sin citar a ningún miembro en concreto de la familia real se, hablaba de una “aventura extramatrimonial” que más bien era un “secreto a voces”. Y que tanto el marido como la esposa de los implicados, lo toleraban.
Evidentemente, todo el mundo miró a William. Pero esta vez, no hubo comunicado y prefirieron optar por su arma más antigua: “Never complain, never explain”, el eficaz de los Windsor “no te quejes, no des explicaciones”.
Con el fallecimiento de la reina Isabel II, muchos cambios ocurrieron al interior de Palacio, y Carlos III prescindió de muchas personas. Es más, los despidos masivos fueron evidenciados en los tabloides. Pues bien, entre ellos estaba precisamente el marido de Rose, David Rocksavage, quien desde 1990 se desempeñaba como Lord Gran Chambelán.
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Actualmente, ambos son padres de los mellizos Alexander y Oliver y de la pequeña Lady Iris Marina Aline Cholmondeley. Y comparten su vida a través de sus redes sociales. Incluso, ofrecen al público visitas a su magnífica cada durante todo el año para conocer la importante exposición que tienen de manera permanente.