Como todo en la vida, así como hay distintos sabores de helado, hay diferentes tipos de hambre. Una de ellas, el hambre Dragon Khan, responsable de ese poco ponderado antojo dulce.
Marián García, autora del libro Tu cerebro tiene hambre (Planeta), es una experta en nutrición que explica en su libro los distintos tipos de hambre. De esta forma, podremos identificarlos de manera clara y cómo se manifiestan en nuestro organismo.
Ahora bien, bajo esa clasificación del hambre, se evidencia cómo las hormonas tienen un papel muy importante en el proceso. Entre ellas, la insulina, la cual está directamente relacionada con el hambre Dragon Khan.
García, define este tipo de hambre como “la provocada por montañas rusas de azúcar que se pueden producir en la sangre cuando comemos cierto tipo de alimentos ricos en azúcar como, por ejemplo, los dulces o los que están compuestos fundamentalmente por hidratos de carbono refinados”.
En este tipo de hambre, la insulina (hormona liberada el páncreas) es la protagonista. Esto, porque de acuerdo a la autora, “funciona como una llave que abre la puerta de las células para que pueda entrar el azúcar y así utilizarlo como fuente de energía. Es decir, la insulina retira el azúcar de la sangre y lo introduce en los tejidos y en el músculo”.
Entonces, cuando hay un exceso de azúcar y ya no es posible almacenar más, el hígado lo toma y lo transforma en glucógeno. De esta forma, hay reservas de energía que pueden volver a ser azúcar cuando sea necesario.
Este pico de azúcar es el culpable, y el que nos lleva a sentir el hambre Dragon Khan.“Si consumimos azúcares simples y se produce un pico de glucosa elevado, posteriormente habrá una caída muy pronunciada (porque todo lo que sube baja) y aparecerá algo que todos hemos sentido alguna vez: los populares antojos”, describe Marián García en Tu cerebro tiene hambre.
Además, la experta identifica dos tipos de azúcar. Los simples, que se encuentran en dulces y ultraprocesados, y entran rápidamente al organismo. Y los complejos, que necesitan de un proceso de descomposición para convertirse en simples y así nuestro cuerpo los absorba. Teniendo en cuenta estos picos de glucosa y lo generan en el organismo, además de la gestión de la insulina de ese azúcar, se entiende que cuánto mayor sea el consumo de azúcares simples, más ganas tendremos de seguir consumiéndolos. Esto, porque después vendrá una caída y nuestro cerebro nos pedirá azúcar para volver a estar en lo más alto de la montaña rusa.
Si bien García insiste en que este tipo de hambre aún tiene mucho que ser investigado, propone algunas fórmulas que funcionan para reducir el consumo de azúcares simples, de manera que los picos y bajadas del Dragon Khan sean menos pronunciadas.