Es considerada una de las piedras más hermosas y originales, y se conoce como piedra de Luna. Además, es muy utilizada en joyería y se le atribuyen ciertos poderes místicos.
En la técnica, es una variedad de la adularia, del grupo de los feldespatos, y sus mejores ejemplares proceden de Ceilán, pero también con presencia en los Alpes y el Vesubio.
La caracteriza una superficie tornasolada y blanquecina, pero a la vez traslúcida, lo que la hace muy atractiva. Sobre todo, cuando los rayos del sol la atraviesan y se forma un arcoíris.
Ahora bien, debes reconocerla muy bien antes de comprar una, ya que es bastante similar a la Labradorita, y es fácil confundirlas.
Esta piedra también es considerada un talismán, el cual permite viajar hacia el interior y recuperar lo que el alma ha olvidado. Pero también se le atribuyen otras propiedades:
Energía de sanación física: impulsa las fuerzas biológicas del cuerpo, es decir, promueve la fertilidad, el parto y alivia los dolores menstruales.Además, ayuda a combatir condiciones degenerativas en la piel, los ojos y el cabello.
Energía de sanación emocional: ayuda a relajar la mente y el cuerpo, y a dominar las emociones para expresarte de manera correcta.
Sanación de chakras y energía de equilibrio: afecta directamente el chakra corona, y el centro espiritual, por lo que ayuda con la concentración, sabiduría y paz.
Energía espiritual: usar esta piedra era sinónimo de esperanza y fe, por esa razón, en la India era muy empleada, ya que representaba su esperanza.
Propiedades mágicas: en la antigüedad, curanderos la utilizaban para estimular la glándula pineal y nivelar los latidos del corazón. Incluso, las mujeres que deseaban quedar embarazadas cosían a su vestimenta piedras de Luna y lo usaban en Luna llena.