Estamos acostumbrados a nuestra rutina de ducha: primero shampoo, y luego bálsamo (o acondicionador). Sin embargo, el lavado inverso de pelo, que consiste en lavar el pelo con los pasos al revés, ha comenzado a resonar y a hacernos replantearlos cual producto debería ir primero.
Y, aunque no nos lo esperábamos, y aún hay dudas, también hay varias razones por las que deberías probarlo.
Al aplicar el acondicionador primero, ayudas a que los ingredientes del producto tengan más tiempo para actuar sobre la fibra capilar. Esto da como resultado un cabello con una hidratación mucho más profunda, que hace que el pelo luzca una apariencia más voluminosa, sana y brillante.
Por otro lado, también está el hecho de que los acondicionadores son lipofílicos, lo que significa que se disuelven en grasas y aceites, y pueden hacer que tu pelo se sienta más oleoso de lo normal. En el lavado inverso, esto no sería un problema ya que al enjuagar con agua y shampoo, los residuos del acondicionador se disolverían por completo, dejando un pelo más fresco y limpio.
Esto mismo, sería un beneficio si lo que buscas es tener un cabello más voluminoso. Ya que sin la existencia de los residuos haciendo más pesado tu pelo, el volumen aumentaría mucho más, sin necesidad de acudir a la ayuda del calor de una plancha, que puede dañar el cabello, o productos innecesarios.
Por último, y para quienes sufren de los molestos granitos en la espalda, esta nueva forma de lavado puede venir perfecto. Ya que el shampoo ayuda a eliminar los residuos de bálsamo en la espalda, y así evitar que los poros se congestionen. Esta es una gran ventaja, sin embargo, si sufres de acné o brotes mucho más constantes y dolorosos, siempre es mejor acudir al dermatólogo.