Quizás ha pasado por tu cabeza la siguiente pregunta: ¿Debería dejar de tomar el sol? La respuesta es: ¡No!, pero debes considerar que es muy importante el tiempo de exposición y el protector solar que uses. Además hay algo que no puedes dejar de hacer luego de haber estado frente al sol: HIDRATARTE.

Después de una tarde de sol, nuestra piel ha estado sometida de forma directa a sus rayos UVB y a sus altas temperaturas, y los aftersun son el mejor aliado para calmar y refrescar la piel justo después de haber estado varias horas expuesta al sol. 

¡Pero eso no es todo! Tu piel sigue sufriendo los efectos de nuestro querido sol, así que debes hacer más por ella. 

A la hora de la ducha, evita el agua muy caliente. Si la temperatura es muy alta la piel se resecará y le dirás adiós a tus horas de esfuerzo para obtener tu deseado bronceado. Así que una ducha con agua fría o templada, bajará la temperatura de tu piel y no la resecará. 

Otro paso importante para el cuidado de tu piel y mantención de tu bronceado: la exfoliación. Al eliminar la capa más externa de la piel, se logra la regeneración cutánea y la eliminación de las células muertas que no aportan a que tu bronceado brille. Para esto los body scrub con azúcar o sal son los mejores aliados para esta tarea.

Entonces ya sabes los pasos: Hidratación y exfoliación. Pero siempre siempre lo más importante será que te hidrates.