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Cuando se trata de hacer deporte y cuidar la alimentación, las proteínas son el común denominador. Y es que en su rol de macronutrientes, son esenciales para el cuerpo y protagonistas en un mejor funcionamiento muscular. Sin embargo, existen ciertos mitos y dudas al hablar de cuándo consumirlas.
La proteína es esencial para ayudar a la recuperación y el crecimiento muscular después de un entrenamiento duro, por lo que es normal que quieras consumirla en momentos más cercanos al entrenamiento. Ahora, todo dependerá de tu objetivo deportivo.
El sitio Runnastic explica que no siempre “más es mejor”. Y es que en el caso de la proteína no porque consumar una gran cantidad post entreno significa que el cuerpo la vaya absorber toda. Es más, algunos estudios demuestran que ingerir 20grs de proteína después de un entrenamiento es la mejor forma de estimular la síntesis de proteína en los músculos.
¿Y qué pasaría con la proteína extra consumida? Puede que el cuerpo la almacene en forma de grasa debido al exceso de calorías. Por lo mismo, es clave ingerir la proteína suficiente después de entrenar, pero sin exagerar.
¿Cuándo consumirlas?
Los expertos coinciden en que lo mejor es realizar esta ingesta entre los 30 y los 60 minutos posteriores a la práctica deportiva. Ahora bien, también afirman que para obtener una mejor absorción lo mejor es combinarla con carbohidratos.
¿Sirven los batidos proteicos?
Son una alternativa práctica y rápida. Y al ser proteína de suero de leche ya está descompuesta, por lo que los nutrientes tienen más biodisponibilidad lo que significa que están listas para que el cuerpo las absorba.
Si entrenas antes de comer, un batido no reemplaza la comida. La proteína en polvo es un suplemento, por lo que la comida real siempre se puede consumir en su lugar. Eso sí, no se debe consumir cualquier tipo, lo ideal es consultar a un profesional. Para que sea un producto con proteínas de calidad, sin ingredientes artificiales ni químicos.
De origen animal: Carnes (cualquiera sea su origen), huevos, leche y derivados lácteos.
De origen vegetal: Lentejas, garbanzos, porotos verdes, tofu, semillas de zapallo, avena, seitán, almendras y quínoa.
Si entrenas regularmente, asegúrate de incluir proteína en tu dieta. Así como de combinarla con otros alimentos para cubrir todas las necesidades nutricionales, tanto si sigues una dieta vegana como si no.
