El futuro de la monarquía británica dio un paso más este fin de semana. El príncipe George, de 12 años, acompañó a su madre, la princesa de Gales, al tradicional Festival de la Remembranza en el Royal Albert Hall de Londres. Y se convirtió en el centro de todas las miradas por una razón que trasciende: fue su primera aparición oficial en un acto conmemorativo del Día del Recuerdo.
Mientras el príncipe William regresaba de Brasil tras los premios Earthshot 2025, su hijo mayor asumió con naturalidad el rol de representante de la familia, junto al rey Carlos III, la reina Camila y otros miembros de la realeza.
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Las ceremonias de noviembre conmemoran a los soldados caídos del Reino Unido y la Commonwealth, culminando el día 11, fecha que recuerda el fin de la Primera Guerra Mundial. No es la primera vez que George participa en un acto de este tipo: en mayo ya había compartido una comida con veteranos en el Palacio de Buckingham, organizada por su abuelo en honor a los héroes de la Segunda Guerra.
Un colaborador cercano al palacio comentó a People que William y Kate “están siendo prudentes al involucrar a George en eventos reales mientras crece en su papel de heredero al trono. Es un proceso lento, que lo acostumbra poco a poco, pero siempre bajo los términos de la pareja y no de nadie más'”.
La participación de George marca un paralelismo inevitable con la infancia de su padre. A los 12 años, William también comenzó a familiarizarse con los deberes reales. Junto a su hermano Harry, de apenas 10, acompañó a sus padres, el rey Carlos y la princesa Diana, al Servicio de Conmemoración de la Victoria en Europa, que celebraba los 50 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en el continente.
El evento tuvo lugar en Hyde Park. William y su familia ocupaban la primera fila, sonrientes, mientras Diana sostenía con ternura la mano de Harry. La escena, tan cálida como simbólica, contrastaba con la realidad privada de sus padres. En ese momento, el matrimonio de los príncipes de Gales ya atravesaba una crisis que poco después quedaría expuesta en la famosa entrevista de Diana con Martin Bashir.

Más de dos décadas después, el hijo de William se enfrenta al mismo equilibrio entre deber y niñez. Pero esta vez, los tiempos parecen haber cambiado. La nueva generación de Gales está creciendo en una monarquía que busca mostrarse más humana, empática y cercana.