El accidente automovilístico que causó la muerte de la princesa Diana en 1997 ha causado un sinfín de teorías conspirativas para entender qué sucedió ese día. Como consecuencia de esto, la policía británica abrió una investigación en 2005, conocida como Operación Paget, para indagar las causas del fatídico suceso. Pero hay un hecho de la investigación que no se conocía públicamente, hasta hoy.
Hubo un interrogatorio efectuado al príncipe Carlos tras el descubrimiento de una nota de la princesa, escrita en 1995. Un escrito que le había dejado a su mayordomo Paul Burrell, quien suele compartir notas de la princesa en sus redes sociales. En esta se lee: “Mi marido planea ‘un accidente’ con mi auto, causado por un fallo en los frenos, que me deje con una lesión muy grave en la cabeza”. El empleado la hizo pública ocho años después de encontrarla.
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Cuando la policía supo de su existencia, sumada a las acusaciones de la familia de Dodi sobre un posible asesinato, decidió abrir una investigación.
John Stevens, el exdirector de Scothland Yard (Policía Metropolitana de Londres), ha contado al Daily Mail cómo transcurrió el interrogatorio secreto con el príncipe Carlos. “Aunque había acusaciones contra el príncipe de Gales y otros miembros, teníamos que encontrar o examinar las pruebas antes de interrogarles formalmente”. El oficial explica que lo único que tenían contra de Carlos era la preocupante nota de Diana, que vio la luz en 2003. La que, en sí misma, no era suficiente para considerar al príncipe como sospechoso. Además, en el caso de que Carlos quisiera colaborar con la policía, lo tendría que hacer de forma voluntaria, no como un acusado. Y así fue como sucedió.
Durante el interrogatorio voluntario, que tuvo lugar en el palacio de St. James el 5 de diciembre de 2005 , cuando ya habían pasado dos años desde que la nota se hizo pública, Carlos negó conocer los detalles o las razones por las que Diana escribió la carta. “Al final del día se mostró increíblemente cooperativo porque no tenía nada que ocultar”, asegura Stevens al diario británico. Y quien, en definitiva, se negó a colaborar tras ser preguntado sobre las acusaciones de la familia de Dodi contra él, fue Felipe de Edimburgo.
La conversación se mantuvo en absoluto secreto, tras un acuerdo entre el comisario y la casa real. Y luego Carlos firmó una declaración, oculta en los Archivos Nacionales de Kew hasta el año 2038.