Se podría creer que estamos en un momento en que la pandemia ya está controlada, en donde las vacunas han ayudado no sólo a que las personas no se contagien, sino que también a prevenir que los síntomas del temido coronavirus sean menos letales.
Sin embargo, para Salma Hayek, su experiencia con el virus casi llegó a ser mortal, y ha querido compartirla para concientizar a quienes piensan que la enfermedad ya no está afectando a la población.
“Mi médico me suplicó que fuera al hospital, porque estaba muy mal, pero dije ‘no gracias. Prefiero morir en casa’”, relata la actriz de 54 años, quien llegó a necesitar oxígeno y pasó siete semanas aislada en una de las habitaciones de su casa que comparte junto a su esposo François-Henri Pinault y su hija Valentina, de 13 años.
La intérprete de Frida asegura que todavía no ha recuperado la energía que tenía antes de pasar la enfermedad, por lo que ha tenido que dejar pendientes varios proyectos de los que es parte “Empecé haciendo conexiones por Zoom, pero nada más porque me cansaba muchísimo”.
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