El regreso de la princesa Ingrid Alexandra a Noruega, tras su paso por la Universidad de Sídney, no ha sido un simple retorno académico ni familiar. A sus 21 años, la hija del príncipe heredero Haakon y de la princesa heredera Mette-Marit vuelve a Oslo en un momento especialmente delicado para la monarquía noruega, marcada por problemas de salud, tensiones internas y una presión institucional que recae, cada vez con más fuerza, sobre sus hombros.
En un escenario donde el número de miembros activos de la familia real es limitado, Ingrid Alexandra se ha convertido en una figura clave para la continuidad y estabilidad de la Corona. Actualmente, solo el rey Harald, la reina Sonja, los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit, y la propia princesa cumplen funciones oficiales de manera regular, lo que ha reforzado la atención pública y mediática sobre cada uno de sus movimientos.
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La situación interna de la familia real no atraviesa su mejor momento. Por un lado, la salud de la princesa heredera Mette-Marit continúa deteriorándose debido a la fibrosis pulmonar que padece, una enfermedad crónica que la ha obligado a reducir de forma considerable su agenda oficial. Por otro, el país sigue de cerca el proceso judicial que involucra a Marius Borg Høiby, medio hermano de Ingrid Alexandra, un caso que ha generado debate y exposición pública.
Durante una entrevista concedida en Australia, la propia princesa fue consultada sobre este tema. “Por supuesto que es difícil. Tanto para quienes estamos cerca, para mí como hermana y para mamá y papá. Y, por supuesto, para todos los afectados por el caso”, declaró a NRK. Reconoció además lo complejo que fue vivir esta situación lejos de su familia, aunque optó por no profundizar, señalando: “No sé si quiero entrar mucho más en el tema”.
Tras volver a Noruega, Ingrid Alexandra retomó de inmediato su rol institucional. El 9 de diciembre marcó su regreso a Oslo con una visita a la Agencia Espacial Noruega, donde se reunió con Jennicke Mikkelsen, la primera astronauta mujer del país.
Un día después, protagonizó un momento clave en su trayectoria real al participar, por primera vez de forma oficial, en la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo. Acompañada por sus padres y abuelos, presenció la entrega del galardón a Ana Corina Sosa, quien lo recibió en representación de su madre, la política y líder opositora venezolana María Corina Machado.
Nacida en Oslo en 2004, Ingrid Alexandra creció en un entorno estrechamente vinculado a las casas reales europeas. Sus padrinos incluyen al rey Felipe VI de España, el príncipe heredero Federico de Dinamarca y la princesa heredera Victoria de Suecia, entre otros miembros cercanos de su familia. Su educación se desarrolló inicialmente en el Oslo International School, antes de continuar en establecimientos secundarios de mayor prestigio.
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A este recorrido académico se suma su paso por el servicio militar. En enero de 2024 inició un periodo de 12 meses como conscripta en el Batallón de Ingenieros de la Brigada Norte, siendo una de las 9.900 personas seleccionadas ese año.
Con una marcada inclinación por el deporte, que incluye logros en surf, esquí, kickboxing y paracaidismo. Y ademas, una formación que combina disciplina militar, educación internacional y exposición institucional, Ingrid Alexandra se prepara para un futuro histórico. Se convertirá en la primera mujer en reinar en Noruega en 600 años, un rol que, desde ya, comienza a asumir ante la mirada atenta del país.