No hay dudas de que la pandemia del COVID-19 cambió por completo la manera cómo nos relacionamos. Las cuarentenas significaron que nuestra formar de conocer a nuevas personas comenzara a depender aún más de nuestros teléfonos móviles. Sin embargo, incluso las dinámicas en las populares aplicaciones de citas han cambiado. Lo que antes solía ser encuentros casuales, pasó a verse más como una compañía por la imposibilidad de salir a conocerse y explorar.
Anteriormente, las aplicaciones de citas se veían para algo pasajero, del momento y como encuentros casuales para personas que tuvieron una atracción inicial. Sin embargo, es claro que esto ha evolucionado y las dinámicas se han modificado en este tiempo. La bióloga y doctora en Complejidad Social, especializada en emparejamiento humano, María Teresa Barbato, cuenta que al igual que Chile y en el resto del continente, las aplicaciones de citas han evolucionado, “en América Latina somos más conservadores que otros países y se tiende a filtrar un poco más. Se usa mucho para conocer a compromiso a largo plazo, tener una relación formal”, señala.
Esto es algo que se evidenció aun más en pandemia, donde se dificultaron mucho más los encuentros casuales, aunque eso no significó que las apps bajaran su popularidad. “La gente está confundida. Tiene un impulso sexual alto pero también quiere mantenerse en una relación”, explica la experta. Y es que cada vez parece más común que parejas estables hayan tenido sus primeros encuentros gracias a estas aplicaciones de citas. Sin embargo, María Teresa Barbato aclara que esta no es más que una versión más moderna de las dinámicas que hace mucho tiempo tenemos.
Y como en todo, hay quienes también se aprovechan de quienes buscan algo más serio. Bastante popular fue el documental de Netflix, El Estafador de Tinder, donde se cuenta la sorpresiva historia de un hombre que enamoró y estafó a múltiples mujeres por el popular sitio. Y es que las aplicaciones de citas funcionan con una dinámica similar a la que conocer a una persona en la vida real: La liberación de dopamina que embellece todos los aspectos y provoca la negación ante las señales de que algo pudiera estar mal.
“Los estafadores captan este estado, donde las personas ponen toda energía y confianza”, señala Barbato. Además, aprovechan la cantidad de información que los usuarios entregan a través de estas aplicaciones de citas. ¿Qué se puede hacer? Esta experta recomienda usar sin miedo las redes sociales, para poder verificar la identidad de la persona. Además, asegurarse, aunque sea necesario con una búsqueda de Google, que la persona no está usando fotos falsas.