Al contrario de lo que llamamos una persona vitamina, hay personas que sabemos debemos alejar de nuestras vidas, sin embargo, te cuesta dejarlas ir. Y a ellas se les denomina personas criptonita.
Tal como lo describe la psiquiatra Marian Rojas Estapé en su libro “Encuentra tu persona vitamina”, este término se refiere a las personas que nos apoyan, nos inspiran, nos animan, nos transmiten confianza y sacan lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, desde el otro lado de la vereda están las personas criptonita, las que nos debilitan y nos provoca un anhelo que aparenta ser insaciable.
Se trata de gente que ha formado partes de nuestras vidas o lo sigue siendo, y que si bien quizás no deberíamos estar junto a ellas, son nuestro punto débil, de ahí el término.
Como sabemos, la palabra criptonita proviene del mundo del cómic. Y es aquel mineral ficticio que anula los poderes de Superman. Por lo tanto, las personas criptonita serían aquellas que nos hacen emocionalmente vulnerables. Si bien no tiene por qué ser algo malo, puede afectar nuestras vidas e incluso a nuestras futuras relaciones.
Los expertos coinciden en que muchas veces, al analizar a nuestras personas criptonitas objetivamente, probablemente no seamos capaces de explicar por qué son tan importante para nosotros. Y esta especie de micro-obsesión está lejos de ser objetiva. Esto, porque solemos idealizarlos y proyectar en ellas anhelos y necesidades insatisfechas. Sin embargo, por lo general, esa imagen no se correspondan con la realidad.
La plataforma Parship hizo una encuesta en base a 1000 participantes. Y su estudio arrojó que el 45% de las mujeres y el 57% de los hombres confesó alguna vez haberse enamorado de una persona así. Por lo tanto, aseguran que si bien una persona criptonita puede no ser lo más racional, es muy humano. Es más, no sería extraño que tú seas la criptonita para alguien.
Ahora bien, hay distintos tipos de personas criptonita. Y suelen ser personas con las que te has vinculado sentimentalmente. Es decir, un ex, alguien que dejaste ir o una aventura breve. Pero también, amigos, colegas o familiares pueden cumplir ese rol.
Y aunque lleven mucho tiempo sin estar en tu vida cotidiana, sentirás amor y cariño por ellas. Esto, no tiene nada de malo, sino todo lo contrario. Y muchas veces, en medio del estrés natural de la vida, puedes tener esa fantasía de que aquella persona criptonita sea la vía de escape que necesitas.
El problema, alertan los expertos, es cuando esa persona llega a influir en tu vida que te causa daño. Según Parship, el 40% de los encuestados dijo que renunciaría a su vida actual por su persona criptonita y un tercio tendría una aventura con ella. ¿El peligro de esto? Por lo general, estas personas, o como las vemos, sólo existen en nuestra imaginación. Es decir, glorificadas, y lo más seguro es que en la realidad no puedan hacerte feliz.
Nadie dice que sea malo sentir afecto por exparejas, aún cuando estés en una nueva relación. Y es que esa persona alguna vez fue parte importante de tu vida. Es por esto, que la persona criptonita sólo se convierte en un problema cuando empiezas a compararla con tu pareja actual. Algo que puede poner en peligro una relación o evitar que te involucres con otras personas porque sientas que nadie está a su altura.
Sé sincero
Y esto es contigo mismo. Si tienes una persona criptonita, los primero deberías hacer, según los expertos, es descifrar qué te cautiva tanto y qué necesidades estás proyectando en esa persona. Muchas veces esas respuestas están en nuestras historias y experiencias de infancia. Y todo aquello no resuelto, conflictos o incluso traumas, detonan anhelos que deben separarse de estas personas criptonita.
Enfrentar la realidad
Cuando ver a esa persona criptonita de forma racional no es posible, entonces, los expertos aconsejan buscar ayuda. Y esto desde tus amigos en adelante, quienes suelen tener una visión diferente a la tuya y definitivamente más realista.
Reforzar tu autoestima
Trabajar en la autoestima no es una tarea fácil. Pero se debe empezar por algo y potenciarla para evitar que dependa de otros.
Acudir a terapia
Si todo lo anterior no da frutos, entonces puedes buscar ayuda profesional. Y aunque parezca “demasiado” lo cierto es que las personas criptonita se revelan muchas veces como síntomas de problemas más profundos.