Caminando sobre sus tacos por las calles del Parque Forestal, la mayor parte del tiempo vestido de negro y con un pañuelo de seda en la cabeza a modo de turbante. Así me topaba siempre a Pedro Lemebel por el barrio Bellas Artes, las calles en donde habitaba y epicentro de la comunidad gay capitalina, aunque a él no le gustaba esa palabra, prefería “marica”, “colipato” o “coliza”. Un día me armé de valor y lo saludé, a esa altura el reconocido escritor, performista y artista visual ya era un mito viviente en el país. El mismo que se atrevió a desafiar a la dictadura de Pinochet no sólo protestando en las calles, sino también conquistando espacios populares a través de su arte y de sus letras enfundadas en plumas y humo de cigarrillo. Mi saludo fue recibido de manera cordial por Lemebel, estábamos justo afuera de la librería Metales Pesados. Nos volvimos a topar un par de veces hasta que un día le pedí que fuera como invitado a uno de los programas que, por ese tiempo, yo editaba en un conocido canal de noticias. “Mira flacuchento bonito, me la ganaste por insistencia”, me dijo de manera coqueta. Me dio su número de teléfono y, días después, lo llamé. Faltaba poco para que se conociera al ganador del Premio Nacional de Literatura de ese año. Varias personalidades del mundo de la cultura habían postulado a Lemebel. Cuando lo llamé por teléfono me dijo que no se sentía bien de salud, que, de lo contrario, feliz iría a la entrevista. A esas alturas, el cáncer de laringe que lo aquejaba avanzaba rápidamente y tenía que ayudarse, aunque su voz nunca fue acallada. Pasaron los días y nunca más me contestó el teléfono.
El Premio Nacional de Literatura 2015 finalmente recayó en Antonio Skármeta. Las críticas de los seguidores de Pedro Lemebel no se hicieron esperar, pero a él nunca le interesó llevarse esa distinción, tenía algo mucho más importante a su haber; el cariño de su pueblo y los halagos tranversales a su obra. Además, ya se había llevado varios reconocimientos, entre ellos el Iberamericano de Letras “José Donoso” en 2013 por obras como “De perlas y cicatrices”, “Loco afán” y “Tengo Miedo Torero”.
Muy pronto se estrenará la película “Tengo Miedo Torero”, dirigida por Rodrigo Sepúlveda y basada en la novela homónima de Lemebel. La cinta se suma al documental que la directora y amiga del escritor Joanna Reposi estrenó en septiembre del año pasado con gran éxito en las salas nacionales. “Lemebel” se presentó en la sección Panorama del Festival de Cine de Berlín, donde se quedó con el Teddy Award a Mejor Documental de temática LGBT+. Además fue elegida la mejor película chilena en la última edición del Sanfic. El mes pasado ese trabajo pudo verse de forma gratuita en la plataforma Ondamedia.cl. Eso, más el reestreno a principio de año de la obra de teatro “La ciudad sin ti”, escrita, dirigida y protagonizada por su íntima amiga, la actriz Claudia Pérez, de la compañía Chilean Business, hacen que la figura de Pedro este más presente que nunca en el imaginario colectivo.
Claudia Pérez cuenta que siempre le llamó la atención la obra del escritor. Fue en el año 1999 cuando junto a su pareja, el actor Rodrigo Muñoz, se sentaron afuera de la Radio Tierra, en donde el autor tenía un programa en el que -al ritmo de la música de las divas del kitsch- leía sus crónicas. “Cuando lo leí me enamoré de su prosa, de cómo trataba el dolor de una manera tan bella y la vez tan sufrida. En nuestra compañía tratábamos los temas sociales, pero nos gustaba mucho el humor y la ironía, así buscábamos historias en donde criticáramos desde el humor. Cuando leí a Pedro dije ‘esto es’, era justamente lo que nosotros buscábamos para llevar a las tablas. Le dije a Rodrigo que teníamos que conocer a esta persona. Nos sentamos en la cuneta, estábamos muy nerviosos, no sabíamos cómo iba recibir la propuesta. Salió con sus tacos y su abrigo negro, íbamos preparados a que nos dijera que no, pero se motivó con la idea de llevar sus crónicas al teatro. Nos preguntó si a nosotros nos iba bien con nuestras obras, le dijimos que no porque estábamos recién partiendo; a veces solo había cinco personas en la sala. Cuando le contamos eso nos dijo que sí, que hiciéramos la obra y que después se la presentáramos. Montamos ‘De perlas y cicatrices’ con diez de sus crónicas y a él le encantó. Ese fue el comienzo de nuestra linda y eterna amistad”, cuenta la reconocida actriz a Revista Velvet.
El lazo entre la pareja de actores y el artista fue para siempre, a tal punto que Lemebel los casó en una ceremonia simbólica. Después de eso, la compañía hizo dos obras más con él; “Tengo miedo torero” y “Cristal tu corazón”. Luego Lemebel los contactó para hacer algo juntos; esa fue la época en que el autor ya estaba enfermo de cáncer. Ahí surgió “La ciudad sin ti”, una obra que recopila otras crónicas de Pedro y que se reestrenó en enero de este año en Teatro Nescafé de las Artes, a cinco años de su muerte. Fue el 23 de enero de 2015 que Pedro Lemebel se fue físicamente de este mundo, no así su legado, su performance, su vanguardia y su pluma.
INVITADO ESPECIAL
Durante el Festival de Teatro Santiago a Mil sus amigos y colegas le hicieron un homenaje llamado “La Noche Macuca”. Ahí estaban sus más cercanos, pero también el público que siempre lo siguió. Estaban todos menos él, quien a esa hora se encontraba en el hospital. La sorpresa para todos llegaría esa misma noche…
“Su vida fue infinita, él traspasaba los límites. Le había pedido al doctor si podía asistir a este homenaje y le dijeron que el hospital no era un hotel, que si él se iba, alguien más llegaría a ocupar su cama. Fue ahí cuando Pedro habló con sus amigos más cercanos y les pidió que le llevaran un traje blanco, un gorro y maquillaje porque se iba a escapar. Habló con una enfermera para que le guardara la cama. Estábamos todos en el homenaje y mientras hablaba Carmen Romero, Pedro apareció en el escenario, y la silla de ruedas se levantó en una especie de trono sobre una tarima ante la sorpresa de todos los que estábamos ahí. El aplauso y la emoción fueron eternos y esa fue la última vez que todos, incluido el público, estuvimos con él. Fue algo mágico porque a los días después falleció”, revela Claudia Pérez. Y cuenta: “Siempre le pedía consejos porque era muy sabio en su libertad. Una vez le pregunté cuál era su opinión sobre las cirugías plásticas y me dijo “mi niña, si uno no es dueño de su cuerpo ¿De qué mierda es dueño”, responde una emocionada Claudia Pérez.
UNA PELÍCULA Y UN DOCUMENTAL
Hace poco se estrenó el tráiler de la película “Tengo miedo Torero”, dirigida por Rodrigo Sepúlveda y protagonizada por Alfredo Castro. Las redes sociales estallaron en elogios para el adelanto de esta cinta que se inspira en la novela del mismo nombre de Lemebel y que cuenta la historia de amor entre Carlos, un miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y un travesti en el Chile de la dictadura de Augusto Pinochet y que tiene como telón de fondo el atentado al dictador por parte del FPMR.
En 2001, en una entrevista para el programa Off The Record, el escritor contó que para escribir esta historia se inspiró en “El beso de la mujer araña” de Manuel Puig. Confesó también que no era un escritor tan dado a leer, que lo que recogía lo hacía desde la visualidad y que prefería la literatura femenina de Diamela Eltit y de Carmen Berenguer antes que a Bolaño o Donoso. “A ‘Tengo miedo torero’ llegué a partir de un manojo de escritos del año 87 y 88 que se me quedaron traspapelados después del atentado a Pinochet. Escribí veinte páginas, pero ahí estaba toda la historia y se me quedaron traspapelados entre el prólogo, cosméticos, tacos altos y abanicos de plumas; los encontré después y escribí esta crónica larga. Yo no sé si era una novela, ni me interesa que fuera una novela. No quiero consagrarme en la catedral literaria con una novela, yo creo en la escritura más que en sus géneros específicos”, comentó en Off The Record, siempre con su cigarrillo en la mano y ese garbo tan único que lo caracterizaba.
“Lemebel es su obra y su obra es él, es su cuerpo, su físico, su estética, sus tacos, su voz, sus entrevistas. Lo que escribe es lo mismo que habla y viste. Él fue obra en vida, siempre radical. Nació en la vulnerabilidad. A Pedro se le debe mucho, fue punta de lanza. Él decía: ‘yo no luché tantos años para que los maricones se vengan a casar ahora’, pero si hoy los jóvenes pueden vivir de forma más libre es gracias a personas como Lemebel”, dijo hace poco en una entrevista Alfredo Castro, quien interpreta el personaje de “La loca del frente” en la película.