Más chico, más delgado, más liviano, y encima ¡verde! Mejor regalo de Navidad adelantado para alguien que depende más del teléfono que del oxígeno.
El iPhone 12 mini es todo lo que necesito, y me llegó en mi color favorito. No será Pantone 2021 pero el verde me acompañó toda la pandemia. Es color de la esperanza y el de las plantas que vistieron mi casa (algunas todavía sobreviven).
Si el iPhone 11 ya era demasiado bueno, porque la batería me duraba todo el día y la pantalla jamás se me rompió, el 12 es realmente una bomba. En cuanto a los detalles técnicos, viene con el chip A14 Bionic, un sistema avanzado de dos cámaras y la pantalla Super Retina XDR con frente de Ceramic Shield. Según me explicaron, es como cuatro veces más resistente a los golpes y también el doble de metros sumergible al agua. Lo hubiera probado el fin de semana en la playa pero… fase 2.
Lo que más amé fue la novedad del MagSafe, un nuevo ecosistema de accesorios que se acoplan y ofrecen carga inalámbrica de gran potencia. Viene incorporado al case y es como un salvavidas, al igual que el portatarjetas de cuero que me permite salir con la menor cantidad de cosas posibles.
Hay versiones más sofisticadas, el 12 Pro es como viajar al futuro, pero yo con el iPhone 12 mini estoy realmente en las nubes. O sea, un teléfono todoterreno para personas ídem.