La reina Isabel ha reconocido sentirse frágil en su primer acto presencial desde que el príncipe Carlos diera positivo en COVID-19. Días antes, el heredero la había visitado en el castillo de Windsor, por lo que la salud de la reina ha tenido que ser vigilada por su equipo médico.
Apoyada de un bastón, la monarca recibió ayer en audiencia a su nuevo secretario de servicios de defensa y a su predecesor en el cargo, a quienes admitió que está sufriendo algunos problemas de movilidad cuando le preguntaron qué tal estaba. “Como pueden ver, no me puedo mover”, contestó con una sonrisa la Reina apuntando a sus piernas.
Luego, estuvo hablando con ellos de uno de sus perros, Candy. “He visto que tiene a Candy haciendo guardia, porque según veníamos por el pasillo no nos dejaba acercarnos a usted”, se escucha decir a una de sus visitas en el video del encuentro. “¿De verdad?”, dice la reina. “Sí, nos gruñó un poco”, asegura el otro visitante. “¿Sí? Normalmente no gruñe”, sigue Isabel II.
El tono de la monarca era bastante animado si se tiene en cuenta que no era un día fácil para ella. Poco antes de que tuviera lugar su audiencia, el príncipe Andrés había llegado a un acuerdo con Virginia Giuffre para evitar declarar ante la justicia estadounidense por los abusos sexuales. Pero la información del diario The Telegraph de que la Reina ha ayudado a financiar la indemnización con su patrimonio privado, no ha estado exenta de polémica.
Fuentes de la casa real británica han asegurado que la monarca se refería a que estaba algo agarrotada y que no sufre ninguna dolencia importante. La salud de la reina, que en abril cumplirá 96 años, se ha convertido en un tema de especulación desde octubre del año pasado, cuando tuvo que cancelar su agenda por motivos de salud. La monarca había aparecido unos días antes con un bastón, accesorio del que a pesar de su avanzada edad no había necesitado en su día a día hasta ahora.
Este domingo, el Palacio de Buckingham ha confirmado que Su Majestad ha dado positivo por Covid-19. Las buenas noticias es que, por ahora, solo ha sentido los síntomas de un resfrío leve y pretende seguir con sus actividades desde Windsor y, por supuestos, desde su cuarentena.