Es una de las actrices más famosas del mundo, una fama que paradójicamente el mundo pudo disfrutar y reconocer después de que la actriz rompiera con Tom Cruise, un enlace en el que durante los 11 años en los que permanecieron juntos, lograron convertirse en una de las parejas más icónicas de Hollywood.
Corrieron muchos rumores durante los días en que los actores anunciaron su ruptura. Para hacer crecer el mito, los actores habían estrenado hace muy poco Ojos bien cerrados, la última película que filmó el legendario director Stanley Kubrick cuyo rodaje, según cuentan, se convirtió en una verdadera terapia psicoanalítica para la pareja y donde todo terminó trizado en mil pedazos. Un antes y un después que la propia Kidman en una entrevista el año pasado con el New York Times, confesó que hasta la filmación de la película en 1999 ella y Cruise estaban “felizmente casados”.
Durante la entrevista, la protagonista de la nueva serie de Amazon Prime, Nine perfect strangers, cuestionó si fue demasiado sincera con los medios sobre su relación durante aquellos años. “Yo era joven. Creo que se los puse en bandeja”, confesó entre risas. “Tal vez me he vuelto un poco más cautelosa, pero siempre trato de ser lo más abierta posible. Simplemente prefiero vivir la vida de esta manera”. Y continúa confesando que “a veces soy recelosa y me han herido, pero al mismo tiempo prefiero un enfoque cálido en lugar de cerrarme en banda. Mi marido -el cantante country Keith Urban- dice que cuando me conoció, me dijo: ‘¿Cómo está tu corazón? y parece que yo le respondí: Abierto'”.
La estrella de Moulin Rouge! y ganadora del Oscar por Las Horas también habló sobre la crianza de sus hijos y sobre cómo es su cotidianidad. “No tengo una gran vida social. Tengo mi trabajo, mi familia y mi propio paisaje interior que exploro. Prefiero eso más que salir de fiesta”, reveló.
Kidman y Cruise apenas han tenido relación desde su divorcio y la intérprete, confesa católica, responsabiliza a la Cienciología del fracaso de su matrimonio con el protagonista de Top Gun. La estrella de Big Little Lies ha vivido momentos difíciles en la relación con los hijos adoptivos que tuvo con Cruise, como cuando no fue invitada a la boda de su hija Isabella en Londres o cuando el actor vetó su presencia en el enlace de su hijo Connor.
Consultada si por haber trabajado juntos en la película de Kubrick les hizo aflorar algún sentimiento negativo en su relación matrimonial, ella se limita a responder que “hacíamos carreras de karts después de esas escenas. Arrendábamos un local y nos íbamos a pilotear a las tres de la mañana. No sé qué más decir. Quizás no tengo la capacidad de mirar atrás y analizar todo en profundidad. O no estoy dispuesta a hacerlo”, confiesa.